LA PALABRA, ES UNIDAD

UNIDAD PARA AVANZAR, UNIDAD PARA VENCER!!!E

Editorial . Revista MARKA / 15 de octubre 2021

Hace unos días los medios de comunicación dieron a conocer un pronunciamiento de PERÚ LIBRE referido a la situación política, la composición del nuevo Consejo de Ministros y la próxima investidura parlamentaria programada por el Legislativo, de acuerdo a los procedimientos formales.

Como es de dominio público se anunció allí el alejamiento del Partido liderado por Vladimir Cerrón del Gobierno del Presidente Pedro Castillo, y la voluntad planteada a sus parlamentarios de votar en contra de la Confianza requerida por el Gabinete en los próximos días.No nos corresponde, ciertamente, tomar partido en la materia.

No es nuestra tarea fomentar ni alentar la división, ni la dispersión del movimiento popular. Tampoco, respaldar a unos contra otros, cuando de lo que se trata es de sumar fuerzas para enfrentar con éxito a un enemigo extremadamente poderoso.Tenemos el deber de situarnos por encima de las diferencias personales y las querellas partidistas, de las ambiciones o de los resquemores, de los prejuicios o del sectarismo, que algunas veces asoma aún en nuestra inmadura izquierda.

Nuestra palabra, es la Unidad.Unidad por encima de las pequeñas diferencias, para lograr objetivos mayores. Para abrir caminos diferentes, para avizorar nuevas rutas.El país eligió, en junio pasado, un derrotero distinto para la vida nacional. Y no fueron realmente 44 mil, los votos de la victoria. En términos estrictamente nacionales, el candidato del Lápiz se impuso por más de 140 mil votos al reducto de la Mafia.

Aunque las Mesas en el exterior –y sobre todo las manipuladas en los Estados Unidos de Norteamericana- remaron en contrario, ellas lograron reducir la diferencia, pero no revertir el sufragio.Todos recordamos lo que la Mafia hizo para impedir la victoria del Presidente Pedro Castillo. No sólo aludió a un supuesto e imaginario fraude; sino que presentó centenares y aún miles, de recursos seudo legales para bloquear la proclamación de los resultados finales.

Al mismo tiempo, tocó aviesamente las puertas de los cuarteles, demandando que las Fuerzas Armadas le saquen las castañas del fuego, a través de un Golpe de Estado.Recurrió a la OEA y a otras fuerzas internacionales, y hasta exigió al gobierno de lo Estados Unidos que intervenga en nuestro país, para “defender al Perú de la amenaza comunista”.

Para ella, todo fue válido y lícito en esta verdadera cruzada, que se impusieran estos cuasi legionarios de Cristo en el Medioevo. Nada de eso, funcionó.Tenía, sin embargo, una carta guardada como un “As” bajo la manga: la carta de la división. Desde un inicio, trabajó empeñosamente para hacerla efectiva. En esa dirección apuntaron los medios de comunicación, las estructuras partidarias de la reacción, las personalidades política al servicio de la oligarquía y el Imperio, y todas las fuerza y segmentos representativos de la tradicional Clase dominanteBuscó, en efecto, enfrentar a Vladimir Cerrón contra Pedro Castillo, yviceversa. Distanciar a Perú Libre, de Nuevo Perú y Juntos por el Perú, las coaliciones que respaldaron la candidatura victoriosa en la segunda vuelta. Alejar al Frente Amplio de estas fuerzas, y rechazar cualquier otro acercamiento a la plaza electoral del pueblo.

Pareciera que finalmente, lo lograron. Se cumplió aquello que tanta va el agua al cántaro, que al fin rebalsa. Hoy, en efecto, se ha producido un resquebrajamiento serio en el bloque gubernamental y eso le dará nuevas cartas a la ultra derecha, alimentada desde el exterior para dar al traste con la voluntad ciudadana.

Objetivamente se ha roto la frágil estructura gubernamental. Es de esperarse, sin embargo, que pese a la crisis orgánica, aún sea posible librar una lucha contra el enemigo común disparando en la misma dirección. Unidad de acción, le llaman algunos.Se trata, entonces no de defender personas, sino de proteger al Proyecto Político elegido en junio pasado.

Eso no implica entenderlo como un ente fosilizado, que no admite variantes. Al contrario, obliga a enriquecer la lucha sumando nuevas banderas y otros retos que asoman en el camino.Por eso, cuando nos pregunten qué es lo que nos une, todos a una sola voz debemos contestar: la lucha por recuperar los recursos y las riquezas nacionales; por construir un nuevo instrumento Constitucional realmente democrático, patriótico e inclusivo; atender las necesidades urgentes de la población sobre todo en materia de salud, educación, economía y empleo; hacer frente y derrotar a la ofensiva del fascismo emergente; y aplicar realmente y sin temores, una política exterior autónoma, independiente y soberana, de amistad con todos, y de solidaridad con las luchas de los pueblos de todos los continentes.

Ese Programa tiene dos virtudes: corresponde realmente a las necesidades nacionales, y desata la ira de las fuerzas más reaccionarias.

Por ambas razones resulta enteramente justo, y convoca a todas las fuerzas que buscan transformar el país acabando para siempre con el “modelo” neoliberal impuesto a los peruanos en las últimas décadas.

Si no es posible, por ahora, marchar juntos, en un ejército compacto; por lo menos resulta indispensable disparar contra los mismos enemigos, uniendo la fuerza del pueblo para vencer. A eso, hoy se le puede llamar UNIDAD, palabra de orden.