Para la derecha golpista, Lula no es un demócrata
¿Quién es demócrata en Brasil?
31 julio de 2021
Paulo Cannabrava Filho*
El día 27 los articulistas de los periódicos hegemónicos vaticinan que Lula no es un demócrata, por eso debe ser derrotado o vetado en la elección de 2022. Vea cómo funciona el diversionismo, técnica de inteligencia en el uso de la comunicación. Señalan como evidencia el hecho del expresidente apoyar la dictadura “sanguinaria” de Cuba y el “gobierno autoritario” de Venezuela.
Están a usar la defensa que ha hecho Lula, del legítimo derecho de Cuba y cualquier otro pueblo del mundo a su autodeterminación, para crear un factoide que lo transforme en un “comuno-castrista”.
Lula estuvo ocho años en la Presidencia de la República. Mas que un periodo democrático proporcionó excesiva lenidad con las reglas de la misma democracia, dejó de ser riguroso en el respeto a los preceptos constitucionales y las leyes que los reglamentan; fue negligente también en relación al trato con el enemigo principal, dejándolo actuar a su voluntad.
Al contrario de Lula, sus adversarios actuaron contra la ley, conspiraron, perpetraron un golpe para derrocar una presidente legítimamente electa, fueron conniventes con la trama jurídica para dejar a Lula de fuera del juego electoral y han sido cómplices de las fuerzas armadas en la operación de captura del poder. Todo eso sabiendo que se hacía el juego del imperialismo. Traición a la Patria.
Y han hecho todo, tal como habían hecho en 1964, para “defender a la Democracia”.
¿Qué democracia es esa?
¿Son demócratas los que ejercen el poder arbitrariamente, desmontan al Estado y entregan las riquezas del país? ¿Es demócrata la dictadura de la mayoría cuando se ejerce contra los más legítimos derechos ciudadanos?
¿Puede haber democracia en un régimen colonial, con tropas pretorianas e instituciones de estado actuando en función de los intereses del imperio?
Están siendo injustos con Lula. Lula que anteriormente los libró de la hegemonía de los laboristas y comunistas en el movimiento sindical. Lula que los libró da la elección de Leonel Brizola para la Presidencia de la República. Solamente por eso deberían darle un premio Nobel. En la Presidencia fue un neoliberal de izquierda, con la salvedad de que trabajó más por la inclusión social, abrió el camino para que Petrobras volviera a ser inductora del desarrollo nacional y practicó un política exterior correcta, de acuerdo a la coyuntura de integración sur-sur.
Aun Eliane Catanhede, articulista do vetusto diario “O Estado de São Paulo, reconoce que el gobierno de Lula fue el que más benefició a las fuerzas armadas. En todos los aspectos, sea en la sustitución de equipos viejos y desechos, sea en la remuneración y valoración profesional de sus líderes. Suena como irracional ese odio visceral de los militares hacia Lula.
Inclusive los Estados Unidos deberían ser gratos a Lula y Dilma por el estrechamiento de las relaciones con Washington, tanto en el campo económico como militar, y los acuerdos firmados entre Dilma y Obama.
Se ve, es obvio, no se puede confiar en Tío Sam. Nunca está satisfecho. Es traidor, cabrón por naturaleza. Es lo mismo que el cuento del sapo y el escorpión.
Esa parte, por lo menos, Lula ha aprendido. En todas las entrevistas señala que fue víctima de una trampa diseñada en los Estados Unidos para mantenerlo fuera del proceso electoral y a través de manipulación del poder judicial y el legislativo arrasar con las grandes empresas brasileñas y entregar para el libre saqueo el petróleo y demás riquezas naturales.
He ahí el resultado. Para combatir a la corrupción y defender la democracia hoy tenemos un gobierno militar autoritario y corrupto. Han logrados todos los récords de corrupción: tanto la corrupción del régimen militar de 1964, como la del gobierno de Fernando Henrique Cardoso se volvieron cosa de aficionados frente al asalto perpetrado por esa generación de militares, que ha tomada por asalto el poder de la República. Todo se está exponiendo en la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) en el Senado.
Derecha apoplética
Es mucho cinismo insistir en la corrupción del PT (Partido de los Trabajadores) e ignorar las ignominias de la Justicia de Curitiba. Lula sigue siendo el corrupto y el juez Moro, y los fiscales Dalagnol y Janot elevados al altar de héroes de la Patria. Justamente esos tres que se vendieron a los Estados Unidos, liquidaron con la democracia y la economía. Traidores de la patria. Preferir a los traidores es traicionar también.
No se puede aceptar remiendos a la Constitución que la desfiguren de la idea inicial de los constituyentes de 1988. Ese Congreso actual no fue elegido para eso. Le toca al Supremo Tribunal Federal evitar que eso ocurra, y es deber del pueblo organizado exigir, movilizar todas las fuerzas democráticas em defensa de la Constitución.
Corre en el Congreso un proyecto para crear un simulacro de parlamentarismo, un semi parlamentarismo o semi presidencialismo, sea lo que sea, esos senadores y diputados no tienen competencia para eso. Es un casuismo más para intentar mantener el estatus quo, caso pierdan la elección de 2022. Si logran aprobarlo ahora, Lula estaría fuera, pues la nueva norma prohíbe la reelección más de una vez, aunque alternada.
Desde 1889, todas la Constituciones brasileñas han consagrado el presidencialismo. Por dos veces, em plebiscito la población rechazó el parlamentarismo. Por lo tanto, solo una Constituyentes o un nuevo Plebiscito puede alterar el régimen de gobierno. No se puede aceptar que por razones esdrújulas cambien una regla consagrada.
Partidocracia ingobernable
Creer que el Parlamentarismo resuelve la ingobernabilidad es desconocer la historia. La ingobernabilidad está en la raíz del sistema capitalista dependiente y ahora en la dictadura del pensamiento único impuesta por el capital financiero. Cambiar las reglas sin cambiar la esencia del régimen no es solución, sólo dificulta.
Con 40 partidos políticos, que no son partidos stricto sensu – parte de la sociedad organizada para actuar políticamente, disputar y ejercer el poder – la ingobernabilidad hace parte del sistema de dominación. Sin gobierno las raposas quedan sueltas y la rapiña se perpetúa, y el imperialismo avanza en su dominio.
Los partidos son verdaderos feudos, latifundios con sus dueños, empresas familiares, todos girando en torno de objetivos de ascensión social, enriquecimiento, favorecimiento de intereses privados. Claro que hay excepciones. Claro también que desde 2019 estamos viviendo un periodo excepcional, en que un gobierno de ocupación impone la gobernabilidad por medio de la corrupción y la complicidad.
Sectores de la derecha están entiendo que muchos partidos estorban. En realidad, es irracional. Derecha recalcitrante, todos se doblan al “Centrão”. 513 parlamentares según Bolsonaro, el capitán que ocupa o Planalto.
“Centrão se vuelve Partidão”
Negociar uno a uno, con tantos partidos hambrientos, es muy difícil, La solución es fundir, crear el “partidão”. Es lo que están tramando: PSL, DEM y PP se fusionan creando el más grande partido en Congreso con 121 diputados y 15 senadores. Luciano Bivar, ACM Neto y Ciro Nogueira, reparten la dirección de la nueva grey: presidente, vicepresidente y secretario general, respectivamente.
“Centrão se vuelve Partidão” y Bolsonaro sale candidato a la reelección con una base electoral considerable en todo el territorio, además de la fortuna de los fundos partidario y electoral. Con la participación del agronegocio y empresas como Havan y Riachuela, descaradamente declaradas fascistas, y con las milicias cibernéticas está armado una poderosa aplanadora para la campaña de 2022. Y todavía está el Partido Militar, nueve mil oficiales militares empeñados en mantener sus dobles sueldos e, como si no bastara, la participación de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos y del Estado Teocrático de Israel.
Bolsonaro estaba perdiendo competitividad y en el escenario no se desarrolla ningún personaje que pueda ser una tercera opción. Entonces, el trabajo es para volverlo competitivo otra vez.
Faltan puestos en el gobierno para atender tanta gente, pues la mayoría de los ministerios está ocupada por generales y otros oficiales de las fuerzas armadas. La salida es recolocar algunos de los generales y crear nuevos ministerios.
“Centrão se vuelve Partidão”. Ciro Nogueira deja el Senado y asume la Casa Civil, lo más importante órgano de la Presidencia. ¿Quién ocupa su lugar en el Senado? Por la lógica y por la norma es el suplente. ¿Quién es el suplente? Eliane Nogueira, madre de Ciro Nogueira. Todo en familia. En la Casa Civil, antes estaba el general Luís Eduardo Ramos sustituyendo al general Braga Neto, hoy ministro de Defensa.
Han entregado también la Secretaría de Gobierno a la diputada federal Flávia Arruda, del PL, en el lugar del general Luís Eduardo Ramos.
Para el cabo de escuadra Onix Lorenzoni, un extraño en el nido, un civil en medio a militares, fue quién primero ocupó la Casa Civil en enero de 2019 hasta que en 2020, de nuevo en la Casa Civil, han recriado el Ministerio de Trabajo y Previdencia Social, para disgusto de Guedes el pinochetista que hace el servicio sucio de llevar el país para el abismo. Onix que ya fue afiliado al PL, al PFL y ahora en está en el DEM, tuvo un rol importante en la campaña electoral.
Según fuentes palacianas están planeando también sacar de Guedes, el super ministro de la Economía, el Planeamiento, por ser el que cuida del Presupuesto de la Unión, ese presupuesto impracticable que fue aprobado y está siendo ejecutado en beneficio del “Centrão”.
Golpe anunciado
El golpe ya está anunciado desde el día de la posesión del gobierno militar de ocupación. Tomaron el poder para quedar. Han dicho que necesitan un mínimo de 30 años para arreglar al país. Por eso insistimos que la Justicia y el pueblo tienen que derrocar ese gobierno antes de la elección. Estamos perdiendo un tiempo precioso.
Los Estados Unidos no quieren Lula y eso está explícito. Está explícito en las declaraciones del embajador Todd Chapman, em entrevista que concedió al despedirse y regresar a su país. La preocupación es con “mensalão”, “petrolão”, lava jato. Corrupción hubo en el gobierno del PT, ojos y oídos cerrados a los escándalos del Ministerio de Salud, robo descarado de miles de millones de reales, políticas genocida y ecocida. Também dejó claro que lo más los aflige es China.
Necesitan de un gobierno obediente para enfrentar al progresismo de Argentina, de Bolivia y ahora del Perú que los amenaza. Precisan de Brasil para ayudar a desestabilizar a esos gobiernos, como ya lo han hecho muchas veces.
Los gobiernos militares del ciclo resultante de golpe de 1964 actuaron de múltiples formas para derrocar el gobierno de Torres, en Bolivia, el gobierno socialista de Salvador Allende en Chile, organizaron una central del terror con los gobiernos vecinos, la llamada Operación Condor. Recientemente el gobierno militar oriundo de la captura del poder en 2018 conspiró y actuó para derrocar el gobierno de Evo Morales.
Para vencer esa máquina es preciso un trabajo de hormiga, organizando el pueblo en cada rincón, hablando la verdad, dialogando y mobilizando. El frente democrático tiene que ser amplia. Como decía Leonel Brizola, para derrotar la dictadura fascista vale la alianza aun con el diablo. El después es otra conversa, es otra realidad, habrá espacio para construir un nuevo frente en torno de un proyecto nacional.
El papel que le toca a Lula es el de ayudar a organizar ese frente y obtener apoyo externo, movilizar la media extranjera.
Lula sabe, ha dejado claro en las entrevistas, que lo que está en juego, de un lado es la democracia y del otro lado el fascismo, en la continuidad de la ocupación militar legitimada por el voto. O por las armas. No queremos armas, pero, son los militares o los civiles. Para ganar en el voto, tiene que ser em primera vuelta, no dejar chance para que ellos reviden en una segunda vuelta.