por Pedro Martínez Pírez
La pandemia no impidió que los cubanos celebráramos este domingo 9 de mayo el Día de las Madres, algo que para algunos consiste en rendir tributo a las madres ya fallecidas.
La fecha este año coincidió con el día del nacimiento en la localidad de Media Luna, en la actual provincia de Granma, de una inolvidable mujer, la heroína Celia Sánchez Manduley, eficiente colaboradora del Comandante Fidel Castro, desde los tiempos de la lucha guerrillera contra la dictadura de Batista.
El presidente cubano, ingeniero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, publicó a primera hora del domingo un mensaje en el que felicitó a todas las madres cubanas “cuyo amor a la familia es también soporte de la nación”.
El Presidente del Parlamento cubano, Esteban Lazo, también felicitó a las madres cubanas y en su mensaje recordó a la Madre de la Patria, Mariana Grajales, quien en medio de condiciones muy hostiles parió y educó a todos sus hijos, los famosos hermanos Maceo, y los encaminó en la senda de la independencia de Cuba.
Los medios de comunicación también se hicieron eco de otras declaraciones de dirigentes cubanos, así como de actos y homenajes celebrados a lo largo y ancho del archipiélago caribeño.
En un primerísimo plano estuvieron este año los homenajes a las madres de las trabajadoras del sistema de salud de Cuba, y también de las Ciencias, que enfrentan de manera directa a la pandemia.
En lo personal pude compartir con mi esposa Esperanza Alvarez Mercadal, directora de la Revista Nuestra América de Radio Habana Cuba, y con nuestra hija y también madre, la farmacéutica Igna María Martínez Alvarez.
En la víspera del Día de las Madres recordé a la mía, Igna Pírez Capó, fallecida en la ciudad de Santa Clara el 18 de marzo de 1999, quien me formó desde niño, junto a mi padre, en la defensa de los valores patrios.
Prohibido olvidar, como ha dicho en muchas ocasiones un admirado ex presidente de Ecuador.
La Habana, 10 de mayo de 2021.