Paulo Cannabrava Filho
Finalmente, después de tres años (tuvo inicio en noviembre de 2018), fue juzgado el Habeas Corpus en que la defensa del expresidente Lula pedía la suspensión del juez de la Comarca de Curitiba, Sérgio Moro, por haber actuado como acusador, no como un juez imparcial en el proceso. Haber acompañado eses hechos realmente impresiona, tanta desfachatez, tanta ilegalidad, tanto autoritarismo en eso que ya está bautizado como “el mayor escándalo judicial de la historia.
La sesión anterior del tribunal había terminado en lo que parecía ser un empate, con dos votos a favor y dos en contra, le tocando al ministro Kassio Nunes el desempate. Arguyendo precisar de más tiempo para mejor estudiar los autos, con justa razón puesto que fue nombrado para esa corte en el inicio del año y son muchas las páginas para ser examinadas, pidió vistas al proceso. Retomados los trabajos, el martes 23, proclamó su voto contra el Habeas Corpus.
La situación la salvó -mejor, laSUPRE justicia fue salvada – con el cambio de voto de la ministra Carmen Lucia. Convencida por los argumentos de los ministros Gilmar Mendes, el relator, y Lewandowisk, la ministra consideró que, de facto, el expresidente Lula, así como todo y cualquier ciudadano de la República, merecen un juício justo, exento, imparcial y ético.
Se esperaba algo jurídicamente sólido del nuevo ministro, tomando en cuenta su actuación como juez en la corte de Brasilia. Sin embargo, prevaleció la voluntad se ser fiel a los intereses del gobierno que lo nombró, de que con la jurisprudencia. Pretendió argumentar que en ese proceso no hubo el contradictorio, es decir, no han sido oídos ni Moro ni testigos, lo que no es el caso, tratándose de Habeas Corpus. También intentó descalificar la concesión del Habeas Corpus por estar fundado en pruebas obtenidas ilegalmente, en referencia a las grabaciones de conversas entre el juez Sérgio Moro y los fiscales Deltan Dallagnol y Rodrigo Janot.
Kassio Nunes fue contestado con energía. Tanto Gilmar Mendes como Lewandowisk, citaron cada uno por lo menos media docena de hechos contenidos en los autos que invalidan los veredictos de Moro, y eso muchos meses antes de que se conociera las conversaciones reveladas por un hacker. Vale la pena recordarlos, aunque resumidamente:
- Conducción coercitiva del expresidente Lula cuando bastaba una simple intimación a que compareciera a una dependencia de la Policía Federal;
- Espectacularización de la conducción bajo vara, hiriendo derechos básicos de la persona, exponiéndolo como culpable antes de ser juzgada;
- Filtración del contenido de la delación premiada del exministro Palocci en vísperas de la realización de la 2ª vuelta de la elección presidencial, favoreciendo la victoria del candidato de los militares;
- Divulgación de nota escrita por el juez apoyando manifestaciones políticas que favorecían el candidato de los militares;
- Escucha ilegal de conversaciones entre la presidenta de la República, Dilma Rousseff y el expresidente Lula;
- Escucha ilegal de conversaciones entre el abogado Roberto Teixeira y el expresidente. Con eso el juez sabía con antelación la estrategia de la defensa;
- Escucha ilegal de los teléfonos de 25 abogados de la oficina de Cristiano Zanin Martins, a servicio de la defensa del expresidente. Todas las conversas de los abogados fueron grabadas y constan de las planillas utilizadas por el juez;
- Filtración del contenido de las escuchas ilegales, selectivamente, para la prensa, evidenciando haber una simbiosis de intereses entre el juez y la TV Globo y otros medios impresos.
- El juez Sergio Moro mintió al STF cuando preguntado sobre la interceptación ilegal de los teléfonos;
- El juez liberó el sigilo de la presidenta Dilma y del expresidente Lula no teniendo competencia para eso;
- Manutención de un reo en prisión prolongada, por encima de los plazos legales;
- Obstrucción de Habeas Corpus, es decir, el juez no cumplió con un orden judicial que ordenó la liberación del expresidente;
- El juez haber aceptado, antes mismo de la victoria electoral, invitación para ser ministro de Justicia del gobierno, lo que fue concretado;
- Finalmente, volverse socio de la empresa de asesoramiento Alvaro Maciel, con sede en Nueva York, contratada para realizar la recuperación de la empresa de ingeniería Odebrecht, que fue uno de los principales blancos de la Operación Lava Jato.
Vale notar que mismo antes de las manifestaciones de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia, ya estaba evidente los daños colaterales causados a las instituciones basilares del régimen republicano. Al judicializar la política la Operación Lava Jato contribuyó para la desmoralización y demonización de la misma política. También se tornó responsable por la inseguridad jurídica que impera en el país, y se sabe que sin seguridad jurídica no se viabiliza ni la democracia ni cualquier política de desarrollo.
Un vale todo procesual, como dijo el ministro Gilmar Mendes, nadie está a salvo de pruebas ilícitas, (…) estaban investigando aun a los ministros del STF. Agregó que eso nos lleva a reflexionar sobre la necesidad de reforma profunda del sistema judicial.
Escucha de abogados es crimen mucho mayor que la acción de un hacker. Pero, claro que todos admiten que la revelación de las conversas entre los operadores de la Lava Jato no puede ser desconsiderada, pues es de conocimiento en todo el mundo, e corroboran con la legitimidad de la suspensión del juez. Resta aguardar si los operadores serán punidos por sus crímenes. Parece no que no. Moro se está explicando a la prensa diciendo que todo lo que hizo fue en respeto a la ley.
En la larga exposición del ministro Gilmar Mendes, relator del proceso, queda claro el uso del aparato judicial para un proyecto político de conquista del poder. Concertado con los medios de comunicación, Moro fue transformado en héroe e inmediatamente tuvo su nombre puesto en las encuestas electorales como candidato a presidente de la República.
Mendes recordó el hecho de que los operadores se vanagloriaban de haber recuperado algo en torno de 4 o 5 mil millones de la Petrobras que han sido devueltos al Tesoro. En función de eso Deltan Dallagnol pretendió desviar 2,5 mil millones para una fundación que serviría al proyecto político de él y de Moro.
Me acuerdo de que, hace por lo menos un año, leí entrevista de Boaventura de Souza Santos, filosofo portugués de la decolonialidad, que dijo que el candidato de Estados Unidos para suceder Bolsonaro era Sérgio Moro. No me sorprendió, puesto que habíamos denunciado que Moro actuara en combinación y asesorado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Igualmente denunciamos la presencia ilegal de agentes del FBI y del Departamento de Justicia estadounidense en reuniones descaradas con los operadores de la Lava Jato en Curitiba.
Eso constituye crimen de traición a la patria y siquiera fue considerado por los ministros al juzgar la suspensión de Moro. Esperamos que alguien de inicio a un proceso contra Moro por ese crimen mayor.
Hubo en la historia escándalos provocados por errores jurídicos, como el del capitán del ejército francés Alfred Dreyfus, condenado por una corte militar con base en informaciones falsas, y, según Ruy Barbosa, debido a un sistema judicial que tiene como premisa la condenación y el presupuesto de culpa, no la presunción de inocencia.
Ruy Barbosa estaba asilado en Londres, perseguido por el régimen represivo del general Floriano Peixoto, y acompañó el caso que llamó atención de grandes escritores como Emile Zola y Anatole France. Más tarde, reconocido el error judicial, Dreifus fue declarado inocente y rehabilitado como oficial del ejército.
Un error judicial puede ser reparado y aun el buen ladrón perdonado, pero cuando se trata de mala fe, que colocó en riesgo la estabilidad de la República, lo que se espera es que los culpables sean juzgados y condenados. Pero una cosa es cierta: la historia los condenará.
El escenario preelectoral
Tuvimos en secuencia los hechos jurídicos que hicieron posible el resurgimiento del expresidente Lula como legítimo candidato a presidencia de la República. No solo los procesos contra él fueran anulados, como se comprobó la utilización del aparato judicial para apartarlo del pleito del 2018, así como la intención de mantenerlo preso e inhabilitado para el juego político por ser condenado, tener “ficha sucia”.
Lula es candidato y eso cuenta. Cuenta porque, pese a toda la persecución sufrida, aún aparece en las encuestas como el único que puede enfrentar a Bolsonaro y vencerlo. Es el único también en condiciones de liderar un frente amplio. Para sufrimiento de muchos, pero es la realidad.
Lo que tenemos en el momento es muy caótico, por lo tanto cualquier intento de sacar conclusiones puede ser frustrante. La realidad es la acumulación de crisis: crisis política, crisis económica profunda, y descalabro sanitario provocado por la Covid 19. Más de 3 mil muertes por día hizo con que empresarios y hasta banqueros se movilizaran para que el gobierno cambie de actitud. Incluso hubo amenaza formal del presidente de la Cámara Federal con abrir proceso de impeachment del presidente.
Eso se refleja en las encuestas. La evaluación de malo y pésimo, para el gobierno Bolsonaro, subió para 52%, mientras la de optimo y bueno cayó para 24%. Además, 54% desaprueban su gobierno mientras sólo 32% aprueban.
Acorralado, Bolsonaro creó un Comité de Crisis con siete gobernadores siendo seis aliados suyos y adeptos de sus ideas. Es una iniciativa que debería haber sido tomada por el Congreso, es decir, Cámara y Senado en conjunto, puesto que la situación es más que de emergencia, es de guerra.
2020 ha sido un año perdido, 2021 no tiene como ser distinto, completando tres años de PIB negativo. Desde el punto de vista de la economía, 2022 será aún peor si se mentiene el modelo de gestión económica.
En ese escenario de caos, los partidos políticos están a discutir y a movilizar a su gente para las elecciones de 2022. Lo que se espera es que los partidos presenten planes de cómo salir del despeñadero.
En ese momento aumenta el rechazo a la candidatura de Bolsonaro sin que surjan otras alternativas que puedan sustituirlo y aún enfrentarlo. Pero hay que considerar que él ya asumió una postura de quien está conduciendo el combate al virus y eso puede cambiar.
Están en los medios dos encuestas electorales interesantes. En ambas, entre todos los presidenciables, Lula es el que tienen menor rechazo y mayor opción de voto y como el único capaz de derrotar a Bolsonaro en una segunda vuelta. No hay como escapar de eso.
En la encuesta realizada por Poder Data 360:
No votarían de ninguna manera: en Dória, 65%; en Moro 60%; en Bolsonaro 54%; en Lula 40%.
Ciro Gomes quiere ser el antipetista y el antibolsonarista al mismo tiempo. No resulta. Tiene 40% de rechazo y 8% de las intenciones de voto. Ni la suma con los 6% de intención de voto en Dória, tendría chance. Este a su vez es campeón en rechazo, 65%.
Según Poder 360, si la elección fuera hoy, Lula tendría 34%, Bolsonaro 30%, Moro 6%, Ciro 5%, Dória 3%, los demás entre 1% y 2%; nulos y blancos 10%, una buena señal, bien abajo de las últimas elecciones.
En la encuesta de la revista Fórum, en escenario con solo cuatro candidatos, Lula tendría 31,2, Bolsonaro 30,7%, Ciro 7,4%, Dória 6,4%. En ambas las encuestas, considerando una margen de error la realidad es de empate técnico.
En la encuesta Fórum con más candidatos, aún con la dispersión de votos, la situación sigue empatada entre los dos candidatos,, pero con ventaja para Bolsonaro. Lula 17.1%, Bolsonaro 29,2, Moro 7,8%, Huck 6,8%, Dória 4,9%, Amoêdo 1,6%, Boulos 1,5% y Dino 0,2%
Como se ve, la dispersión de votos en nada favorece a las fuerzas democráticas. En los escenarios sin la candidatura de Lula, Bolsonaro gana de todos. Entonces estamos ante el hecho de que apoyar la candidatura de Lula se ha tornado una obligación para los que se dicen demócratas. No hay otra alternativa.
En una segunda vuelta electoral, registra la revista Fórum, la victoria de Lula sobre Bolsonaro sería de 38% contra 33%.
Ambas las encuestas demuestran también que las mujeres no quieren a Bolsonaro. En la encuesta de la Forún, Lula vence de 45,6% contra 24,6% de Bolsonaro. Entre los hombros, Bolsonaro vence de 55,1 contra 29,4%.
Es bueno porque las mujeres pueden influenciar a los jóvenes, en que una buena parte aún acredita en el mito. En la clase media, en la franja de 5 a 10 salarios mínimos, Bolsonaro gana de 48% a 23%.
Los tucanos (militantes del PSDB de Fernando Henrique Cardoso y Dória), oportunistas, sin votos y sin cuadros, pretenden colgarse en el expresidente Lula para sobrevivir. No valen nada. Hay que agradecerles el apoyo que puedan dar y nada más. Hay que dejarlos que compongan en el frente amplio por la democracia, peso sin costo alguno. No se puede hacer compromiso alguno con los tucanos. Son traidores de la patria. Fueron los tucanos que iniciaron el desmonte de la Petrobras y la venta de los activos nacionales, y también los que apoyaron ostensivamente la elección del Bolsonaro en 2018.
Es tan grande el vacío de liderazgos, que cualquiera que, por cualquier motivo, gane cierta notoriedad, ya es logo cotizado como candidato. Gente absolutamente descalificada para ocupar la presidencia de un país, como Huck, Moro, ahora surge el nombre de Mandetta. ¿Quién es ese tipo? Moro cayó en desgracia, tiene que surgir otro, cualquiera que sirva.
Falta poco más de un año para la elección. Mucha agua por pasar bajo el puente, pero no hay mucho que evolucionar en el escenario político dada la circunstancia de crisis prolongada.
Pero ese escenario requiere de Lula una reconsideración sobre su estrategia de apostar en una segunda vuelta electoral. Tiene que jugar todas las fichas para ganar en la primera vuelta. Es la única manera de afianzar la victoria y lograr gobernabilidad. Para eso tendrá que realizar un gran trabajo en la línea de frente de los movimientos populares.
Todo lo que se considera de izquierda tiene que volcarse a la línea de massa. El cuerpo a cuerpo con los 100 millones de brasileños desamparados.
Todos los demócratas tenemos que entender que la situación no es de normalidad. Estamos en guerra. No es un gobierno común. Es un gobierno militar que ocupa todos los espacios. Es una dictadura del pensamiento único dominando a los medios de comunicación, los formadores de opinión, los intelectuales deshonestos.
No creo que pueda haber otro tipo de evaluación. No es un adversario cualquiera. Son las fuerzas armadas que ocupan el poder. Sacarlos del poder solamente con el apoyo masivo de la población. Ellos dicen que lo tienen. Nosotros sabemos que no lo tienen. No lo tendrá Lula hasta la población entender realmente lo que está a ocurrir con la soberanía nacional, con la economía y con la democracia.
La prensa internacional ya se ha dado cuenta de Lula es el único que puede salvar el país de la barbarie. Es una ventaja sobre todos los demás candidatos, tener la simpatía y el apoyo de gobiernos y medios de los demás países.
Lula tiene que abandonar la creencia de que es bueno tener elección en dos vueltas. En esa coyuntura no lo es. Todos los demócratas tenemos que juntarnos para ganar en la primera vuelta y estar preparados para la reacción que vendrá. Los militares no esconden que quieren permanecer en el poder. Por eso es importante el apoyo internacional.