por Pedro Martínez Pírez
La más reciente provocación yanqui contra Cuba, en los días finales de Donald Trump, utiliza el nombre de un santo, San Isidro, un barrio del municipio de la Habana Vieja. Pero tuvo este domingo una respuesta masiva y contundente en el centenario Parque Trillo del municipio Centro Habana, donde miles de jóvenes revolucionarios denunciaron la injerencia del gobierno de Estados Unidos.
Y allí estuvo el presidente cubano, ingeniero Miguel Díaz-Canel, quien pidió permiso a los jóvenes organizadores del acto, para reafirmar la decisión del gobierno de Cuba de rechazar la pretensión imperialista de derrocar a la Revolución Cubana.
El acto de reafirmación revolucionaria de este domingo estuvo precedido de una amplia información divulgada por la televisión cubana que demostró la falacia del grupúsculo que se hace llamar Movimiento de San Isidro, financiado por el gobierno de Estados Unidos, con la participación probada del Encargado de Negocios yanqui en La Habana, así como declaraciones del Secretario de Estado Mike Pompeo y Luis Almagro, Secretario General de la muy desacreditada OEA.
La acción subversiva financiada por Washington fue denunciada también en estos días por el Ministro Bruno Rodríguez y otros altos funcionarios de la Cancillería cubana.
En sus palabras improvisadas en el acto del Parque Trillo precisó Díaz-Canel que el gobierno de Trump y la mafía anticubana de Miami que le apoya soñaban con el derrocamiento de la Revolución antes de terminar su mandato, pero no pudieron con la dignidad y resistencia del pueblo cubano.
Concluyó el primer mandatario recordando el 74 cumpleaños de Silvio Rodríguez, que se cumplió también este domingo, cantando su canción “Pequeña serenata diurna”, la preferida de Díaz-Canel, quien fue acompañado por el también cantautor cubano Raúl Torres y el numeroso público presente en el Parque del municipio de Centro Habana.
La presencia de Díaz-Canel en el acto, en medio de la provocación que busca dividir a la sociedad cubana, me recordó una de las actuaciones del Comandante Fidel Castro, quien el 5 de agosto de 1994 disolvió con su presencia y su palabra una manifestación contrarrevolucionaria frente al hotel Deauville de La Habana, alentada también por el gobierno de Estados Unidos.
Y buscando en la obra de José Martí un pensamiento que reflejara la manipulación yanqui mediante las redes sociales y el dinero hacia ciertos jóvenes y antisociales cubanos que se han prestado a renegar de los símbolos patrios, encontré la idónea para finalizar mi reporte de este domingo. Hacen mal –dijo el Apóstol cubano– los hombres jóvenes que se entretienen en morder con dientes envenenados el virgen seno de la Patria”.
Así se viven en Cuba los días finales de una administración yanqui que se niega a reconocer su derrota y a cesar su injerencia en los asuntos internos de su vecina del Sur.
La Habana, 30 de noviembre de 2020….
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