EL PARADIGMA DE LOS PUEBLOS

Por YUNIOR BOLAÑOS

Instituto Cubano de Amistad con l os Pueblos

Uno de los grandes de la historia se hace presente una vez más en nuestros corazones; desde la inmortalidad donde cabalga al frente de un ejército de pueblo, su legado está presente en cada suceso que denote un despertar de ésta América Nuestra. La historia ha demostrado que los pueblos han de seguir en lucha para construir una Revolución digna de sus hijos.

El curso ha sido trazado.

Las Banderas hondean al unísono de la mano de los Hombres y Mujeres libres de este mundo; ya que,

“…Revolución es sentido del momento histórico;…” y la hora ha llegado, hemos vuelto hecho millones.

Es el momento preciso de “…cambiar todo lo que debe ser cambiado;…” Nuestras madres patrias solo quieren una cosa: que sus hijos vivan en “…igualdad y libertad plenas;…” Como hermanos y camaradas de lucha que somos, debemos “…ser tratados y tratar a los demás como seres humanos;…”  Nuestra valía está en “…emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;…”

El mayor temor del Imperio y sus lacayos en la Región es que saben que nuestros pueblos son capaces de “…desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional;…” Con la convicción profunda de “…defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio;…”

Pues nos caracteriza la “…modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo;…” Porque luchamos “…con audacia, inteligencia y realismo;…” Y por encima de todo estamos conscientes de que no debemos “…mentir jamás ni violar principios éticos;…” Por lo que vivimos con la “…convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas…”

Con la premisa de que: “…Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo…”

Nuestro Fidel, así nos lo inculcó.

Sólo debemos continuar el camino que él comenzó.

¡La Victoria es Nuestra!