LA PARTIDA DEL CINEASTA FEDERICO GARCÍA HURTADO


Por Gustavo Espinoza M.* (Para Prensa Latina)

Lima (Prensa Latina) Una de las más emblemáticas figuras de la cultura peruana de nuestro tiempo, Federico García Hurtado, falleció en Lima el pasado 23 de octubre a los 83 años; a su visión socialista le añadió una sugerente Cosmovisión Andina que lo acompañó hasta el fin.
Escritor, poeta, político, periodista, pero sobre todo cineasta, ‘Fico’, como se le conocía popularmente, hizo historia en las últimas décadas de dos maneras: viviéndola intensa y creadoramente, y dejando constancia de ella en el celuloide.

Su agitado tránsito conoció diversas latitudes. Nacido en la histórica ciudad del Cusco, hizo honor a sus tradiciones y raíces indigenistas. Por lo demás, visitó Cuba en diversas ocasiones y estuvo puntualmente en España y otros países.

Por eso su deceso fue registrado en distintas ciudades, en todas las cuales perdurará su ejemplo.

Visitó prácticamente el Perú entero. Y tomó de todos y cada uno de los rincones de la Patria, un mensaje y una sustancia. De esa simbiosis extrajo una lección: la indesmayable consecuencia con los valores de dignidad y de justicia, y un pertinaz sentido de la solidaridad.

Por eso en sus obras hablaron los humildes: los campesinos de las aldeas olvidadas, los niños engendrados y creados en el más riguroso desamparo, los trabajadores de las zonas urbanas, explotados por el aluvión succionador del capitalismo; las mujeres empeñadas en conquistar la igualdad a costa de los mayores sacrificios.

Sus libros en prosa y sus poemas graficaron el dolor de los peruanos acosados por las iniquidades de un proceso social administrado por una clase dominante envilecida y en derrota. Y mostraron el rostro de un país castigado secularmente por los vicios de una sociedad que se derrumba.

Ellos nacieron desde la raíz del pueblo y se alzaron como las ramas de un trigal signando el empeño de la vida. Fustigaron siempre la ignorancia cultivada, la opresión de los humildes, la infinita crueldad de los explotadores.

Pero el aporte principal de García radicó en la cinematografía, actividad en la que contó con el invalorable apoyo de su compañera de muchos años, Pilar Roca. Cada uno de los films que ellos produjeron, legó a la posteridad una asombrosa síntesis de lucha.

En todos brilló la luz de la vida como estrella inextinguible. Y por eso fue relegada su creación, como ocurrió también con la producción de otras descollantes figuras de nuestra historia y de nuestra cultura.

‘Kuntur Wachana’ (‘Donde nacen los Cóndores’) fue una de sus primeras producciones. Mostró la crueldad infinita de los gamonales empecinados en retener la propiedad de la tierra a costa de la vida, y de la muerte, de los campesinos que trabajan en ella.

La historia del film nos remite a los primeros años de la década del 60 del siglo pasado, donde en el departamento del Cusco, y en particular en el Valle de La Convención, por iniciativa de la Federación Departamental de Campesinos liderada por Saturnino Huilca, los trabajadores del campo comenzaron a formar sindicatos y desplegar un proceso que se dio en llamar ‘la recuperación de tierras’.

Fue esa la base de la Reforma Agraria que impulsaría, años más tarde, el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado.

La lucha por la tierra se tiñó de sangre, pero ella fermentó en la conciencia de millones de campesinos que buscaron obsesivamente poner fin a un sistema oprobioso, implantado por los Señores de Horca y Cuchillo interesados en perpetuar el dominio de latifundistas y terratenientes de todo pelaje.

‘Laulico, el ladrón de caballos’; ‘El Caso Huayanay. Testimonio de parte’; ‘Melgar, sangre de poeta’; ‘Túpac Amaru’ y ‘El Amauta’ fueron sus creaciones más logradas.

La versión peruana del alzamiento de José Gabriel Túpac Amaru en noviembre de 1780, fue un sentido homenaje al Cacique Indio, el primero que lideró una gesta orientada a forjar una nación soberana, libre del yugo colonial español.

En ella el personaje central, el Cacique de Tungasuca, Pampamarca y Surimana quedó perfilado en el escenario continental como el caudillo de una gesta emancipadora que pudo haber cambiado la historia de todo el continente.

Su bestial ejecución, ocurrida en la Plaza Huacaypata (‘Plaza de las lágrimas’) denominada así en su homenaje, el 18 de mayo de 1781, simbolizó el castigo que la Corona Española dispuso contra quienes se alzaran contra el Poder Colonia. El film de García recoge, paso a paso, cada instante de este horrendo episodio de la historia.

‘El Amauta’ es una película dedicada a José Carlos Mariátegui, el primer marxista de América y el introductor del pensamiento socialista en esta parte de nuestro continente.

Con sensibilidad, pero también con arte, García presentó la evolución de Mariátegui desde sus años de la infancia hasta su consagración como hombre ligado a las luchas de los trabajadores peruanos.

La maduración de su pensamiento, la concreción del mensaje y la proyección de su legado son etapas de un proceso continuo que no tiene episodios inconexos.

Pero García fue también un internacionalista. La solidaridad con Cuba estuvo presente en muchos episodios de la historia. Convocado por el Comité Solidaridad con los cinco cubanos injustamente prisioneros en Estados Unidos, marchó por la causa de los héroes hasta que fue posible alcanzar su retorno a la patria. El trabajo cinematográfico fue coordinado creadoramente con el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos.

Su identificación con el Estado Plurinacional de Bolivia fue constante. Y alcanzó a vivir el 18 de octubre como una legítima victoria de los pueblos.

Y también, por cierto, su respaldo al Proceso Emancipador Bolivariano, que lo llevó a Caracas en octubre del 2012, al último gran evento electoral de Hugo Chávez, en el que estuvo presente.

Como ocurrió antes con César Vallejo, José María Arguedas y muchos otros, Federico García no fue adecuadamente reconocido por el Estado peruano. Particularmente en los últimos 40 años se vio relegado y desestimado sin razón alguna. Su obra no fue tomada en cuenta por las autoridades. Hubiesen querido sepultarla en el olvido, para que no incidiera en la conciencia de los peruanos.

El accionar de las organizaciones agrarias, de los trabajadores y de diversos colectivos culturales impidió que esto ocurriera. Por eso su partida ha sido sentida por muchísimos peruanos. En el marco de la crisis sanitaria, y con las restricciones que la realidad ha impuesto, se ha mostrado el pesar de muchos. Las redes sociales han dejado testimonio vivo de todo ello.

Con el tiempo crecerá aún más el legado de Federico García. La historia del Perú le hará justicia. Y su aporte será adecuadamente valorado. Del modo como se alza el sol en el firmamento, así su luz alumbrará nuestra cultura.

arb/mrs/gem

*Exdiputado y analista político peruano