Bolivia, la lucha de los pueblos por nuestra primavera
Luis Varese
Uno, la primerísima derrota del neoliberalismo durante la pandemia es en Bolivia. Con serenidad andina, firmeza ancestral, y llena de coraje la ciudadanía Boliviana alcanzó el 55% de los votos válidos, acallando de manera absoluta a los golpistas y sus adláteres circenses. El pueblo boliviano escogió la opción antineoliberal; votó por la Soberanía, la no injerencia, el multilateralismo, la redistribución de la riqueza, la participación plena de mujeres y hombres, la pluriculturalidad. Es decir por el Estado como regulador plurinacional, garante de los derechos humanos básicos para toda la Nación y todas sus nacionalidades.
No es solamente el triunfo del movimiento indígena circunscrito a un país, es el inicio del triunfo anticolonial, que durante la pandemia debe servir de inspiración para toda la humanidad. Ese heroico pueblo aún tendrá que enfrentar la discordia interna que generan la Embajada de los EEUU, los grandes capitalistas extranjeros, los colonialistas europeos, la OEA (del cínico lamebotas Luis Almagro), y los racistas y fascistas internos, el narco y los enemigos del País que se han entronizado en varias partes de Nuestramérica. Nada será fácil y los 37 asesinados al inicio del Golpe de Estado, son mártires de esta nueva etapa.
Dos, cada vez que vez que queremos democracia, participación, acceso a los derechos, políticas públicas ciudadanas, salud, educación, trabajo y techo, en la construcción de un proyecto nacional popular y solidario, tenemos que pagar con la vida de compañeras y compañeros. Cada flor de primavera nos cuesta regarla, literalmente, con nuestra sangre o con prisión, tortura y exilio. Jamás la derecha o el Imperio han querido la participación popular y ciudadana. Jamás han aceptado la soberanía ni la independencia de nuestros países.
Desde el triunfo de Hugo Chávez, en Venezuela vinimos conquistando las Nuevas Democracias. Gobiernos que buscan Soberanía, Independencia, multilateralismo, redistribución de las riquezas nacionales. Con diversos modelos, con diversas formas de alcanzar un mínimo de justicia social. Con el derecho al pan y la risa (diría Vallejo), con muchas fórmulas todas exitosas para arrancar de la “pobreza crítica” (eufemismo para ocultar, bajo cifras, a los que se mueren de hambre)a millones de humanas y humanos. De todas esas fórmulas, la más exitosa en términos de crecimiento fue la de Bolivia. Y aún así, le dieron el Golpe de Estado. Todos desde Chávez, Lula, Correa en adelante fueron y son perseguidos. El modelo neoliberal devora a la Humanidad y a nuestro Habitat. La devora no metafóricamente, la destruye. Estas oligarquías no tienen el mínimo interés en la gente y mucho menos en mujeres, niñas, niños adolescentes, salvo para comprar y vender o peor aún para comprarlos y venderlos.
Hoy las nuevas formas de lucha están en manos de los pueblos, de sus dirigencias ciudadanas, están por la democracia, la participación y una opción de defensa de los intereses mayoritarios. Cada vez más se define el campo popular como un campo de confrontación, como un campo de lucha por los derechos. En lenguaje ortodoxo, como un campo de la lucha de clases, aunque no guste a muchos.
El combate por la segunda Independencia continúa. El Bicentenario de la Independencia de España, nos encuentra aún con las oligarquías criollas dominantes, que se sienten propietarias de los países y súbditas del Imperio. Los serviles son idénticos a hace 200 años, los lacayos no logran superar al patético personaje de Almagro.
Tres, la tercera década se inicia con alegría de charango y carnaval, pero también con la preocupación de la violencia de la que es capaz de generar la derecha fascista. Así como aprendieron para derrotar esa primera fase de Nuevas Democracias, hoy aplicarán las peores tácticas para derrotar el resurgimiento de la lucha antineoliberal, incluyendo el separatismo. No temen hablar de desmembrar a los países, con tal de no compartir el gobierno con quienes tienen posiciones progresistas. Lo hemos escuchado en Bolivia y lo escuchamos en Ecuador ante el temor de que gane el progresismo. Ante ello el anuncio del resurgimiento de UNASUR en la escena política Continental y el seguro fortalecimiento de la CELAC, como instrumentos claves para la confrontación contra los designios del imperio del mal, ya hace temblar a los poderosos.
Luis Arce Catacora y David Choquehuanca Céspedes se acercan recién a los 60 años de edad. Tremenda experiencia de gobierno tienen ambos, experiencia de lucha, y experiencia concreta de amor por su Patria. No reniegan sus orígenes, no tiran por la borda lo avanzado y lo aprendido. Han logrado un triunfo espectacular gracias al MAS y a su propia trayectoria. Tienen por delante ese desafío, que es mejorar y mantener un modelo antineoliberal, de desarrollo. El desafío incluye cómo manejarán el consumismo, el extractivismo, y otras actividades propias del modelo capitalista. Deberán crear nuevas formas de compartir y producir, respetando los “derechos de la Naturaleza” y a la Pachamama misma, inventando y creando nuevas fórmulas. De estos dirigentes y los que surjan en cada espacio del Estado, por pequeño que sea, deberá consolidarse la construcción del Poder Popular demostrado en el ejercicio electoral.
El pueblo boliviano, puede y debe exigir todo. Sus organizaciones, sus conocimientos ancestrales propios de la multiculturalidad, pueden iniciar un camino nuevo para la Humanidad en su conjunto.
Cuatro, lo aprendido y lo que queda por aprender, la fuerza en las calles, la firmeza y la paciencia andina, de la dirección del MAS y de Evo Morales-García Linera, son un signo de cómo actuar. Las y los dirigentes, diputadxs, senadorxs, resistiendo los peores insultos racistas y saliendo a enfrentar con firmeza a las hordas fascistas. El recambio parece ser el correcto. El futuro lo dirá. Siguiendo con la ortodoxia hay que decir que la extracción de clase no determina la posición de clase (Lenin Moreno es un notable ejemplo) sin embargo la posición del MAS es clara, va por la dignidad la Soberanía y el socialismo. Cuál socialismo, el más participativo, el más redistributivo, el que mejor defienda la soberanía. El que sepan construir durante y post pandemia, buscando enseñar y aprender; “sin calco ni copia, sino creación heroica”. Cosa que las oligarquías ventrílocuas, no logran ni por asomo. Sólo repiten sus recetas derrotadas.
El retorno de las fuerzas progresistas parece cada vez más cercano entre otras cosas porque el neoliberalismo, ni con las enseñanzas pandémicas, ha logrado cambiar sus mediocres recetas del FMI o del Banco Mundial y ofrece solamente más de lo mismo y derrotado. El Sumak Kawsay o Buen Vivir tiene una nueva oportunidad en Bolivia, seguramente en Ecuador y ojalá en Perú y Chile.
Lo que también hemos aprendido es que los dirigentes formados en las luchas, en la defensa de los intereses de clase y en la práctica combativa son los que han resistido y resisten y logran justamente dirigir la lucha por sus pueblos. Me refiero a Cuba con Diáz-Canel formado en la Revolución Cubana; Nicaragua con Daniel Ortega, 8 años de cárcel, largos años de militancia y combate; Nicolás Maduro dirigente sindical, Canciller y militante orgánico. A pésar del criminal bloqueo a Cuba y Venezuela y de los intentos de desestabilización a Venezuela y Nicaragua, los tres dirigentes mantienen firmes sus procesos y proyectos y han sabido construir una trilogía fortísima, partido, pueblo y Fuerza Armada. Mucho deben aprender los nuevos y jóvenes dirigentes como Aráuz y Rabascall, pero también mucho habrán de aportar con la frescura de sus ideas.
La irrupción del Movimiento Indígena (con su conocimiento y sabiduría, con aciertos y errores) en el escenario de la lucha por la segunda independencia, no es reciente. Hay mucho que aplicar, Bolivia nos enseña un camino y a ritmo de quena, zampoña, charango y bombo, iremos juntos, avanzando en Nuestramérica irredenta y rebelde.