1945. UN AÑO PARA LA HISTORIA

1945. UN AÑO PARA LA HISTORIA

Por Gustavo Espinoza M.

1945 fue, quizá, el año más importante del siglo XX. Mayo, marcó el fin de la Segunda Guerra Mundial y la derrota del fascismo. La Alemania Nazi fue quebrada por la ofensiva vigorosa del Ejército Soviético que llegó a Berlín, y libró al mundo de la Bestia Parda. Poco después, en septiembre, nació la Organización de las Naciones Unidas. Sobre la base de la antigua Liga de las Naciones. que naufragara por el oportunismo de los políticos occidentales y por su incapacidad para detener la garra asesina del fascismo.

Para los trabajadores, sin embargo, la fecha más relevante después del 9 de Mayo; ocurrió el 3 de octubre, cuando en París, quedó formalmente constituida la Federación Sindical Mundial, creada por voluntad de los más poderosos sindicatos de Europa Occidental y de la Unión Soviética. En la época, la fundación de la FSM, fue una gran victoria del proletario, y un éxito de los partidarios de la unidad en el movimiento obrero internacional.

Ella, se fundó por voluntad de los segmentos más avanzados del movimiento obrero, congregados en la capital francesa  en septiembre de 1945 a iniciativa de la corriente revolucionaria que había adquirido particular autoridad y fuerza coronando sus objetivos en el Primer Congreso Mundial de los Sindicatos, reunido unas semanas antes.  En ese evento, según dejan constancia los historiadores, se dieron cita sindicatos de 56 países, que representaba un total de 67 millones de afiliados en todos los continentes. 

Para que fuera posible forjar este vigoroso proceso social, inédito en la historia de los pueblos, jugo un rol decisivo el papel de los Sindicatos Soviéticos, el TUC Británico y la Confederación General de Trabajadores, la CGT de Francia, una vieja estructura sindical fundada por Marcel Cachin en los años veinte.  

Fueron los Sindicatos ingleses, en realidad, los que tomaron la primera iniciativa en la materia. Ya en 1941, cuando llovían bombas germanas sobre Londres, el TUC Británico formuló un angustioso llamamiento a la lucha contra el nazi fascismo, y se dirigió al Consejo Central de los Sindicatos Soviéticos para invitarlos a cooperar en la lucha contra los efectos nocivos de la guerra, expresados en la ofensiva germana contra los pueblos.  Fue ese, el punto de partida para el entendimiento que se concretaría cuatro años más tarde. La formación de un Comité Anglo-Soviético le dio forma y contenido a esa cooperación y se convirtió en la herramienta de solidaridad que requerían los trabajadores en este periodo de la historia.

La FSM vio complicado su accionar por el inicio de la guerra fría, a comienzos de 1947.  La muerte de Roosevelt, antes del que finalizara el  conflicto, y el ascenso de Truman a la Casa Blanca, marcó un distanciamiento entre los Países Aliados vencedores del Colapso mundial anterior.

La Guerra Fría, el discurso de Churchill en Fulton y “la Cortina de hierro” que salió expuesta de él, marcaron un rumbo diferente para los pueblos. El Plan Marshall, financió la división de los sindicatos y el nacimiento de la Agencia Central de Inteligencia –la CIA- consumó ese propósito. Su agente Irving Brown –ricamente financiado por Washington-  completó la faena.

En Francia y en Italia surgieron sindicatos paralelos a la organización clasista de los trabajadores, y en Estados Unidos se desdibujó el perfil de la Clase obrera, al surgir corrientes de colaboración de clases alentadas por las Grandes Corporaciones.

La Federación Sindical Mundial continuó en la brega en condiciones adversas, pero identificándose con las banderas más avanzadas de la humanidad. La lucha por la paz, jugó un papel decisivo en el esfuerzo incrementar voluntades. A ella, se sumó el apoyo resuelto a la lucha nacional liberadora librada por los pueblos de Asia, África y América Latina; y al combate por la defensa de los derechos y conquistas de los trabajadores en los países capitalistas más desarrollados.

El apoyo a Vietnam, en los años duros de la guerra derivada de la agresión imperialista; el respaldo activo a la Revolución Cubana; la solidaridad con los pueblos de América afectados por el fascismo en Brasil, Uruguay, Chile y Argentina; y la identificación con la causa Angola, Mozambique, África del Sur y otros pueblos de ese continente;  sirvió para redondear una línea de acción que contó con las organizaciones clasistas de todos los países en la primera línea.

El papel de los Sindicatos Soviéticos fue paradigmático todo este periodo de la historia. El proceso de formación de cuadros sindicales, y el apoyo significativo a las centrales sindicales que operaban en distintos continentes y países, marcó la tónica del periodo.

En el Perú, la CGTP reconstituida en junio de 1968 jugo un rol decisivo en la afirmación de la presencia de la FSM, que se ha mantenido hasta hoy. El IV Congreso Nacional Sindical,  celebrado en marzo de 1976 fue, en esa etapa, el punto más alto de la central internacional en nuestro país. El entonces Secretario General de la FSM,  el uruguayo Enrique Pastorino instaló el Congreso que aprobaría las Tesis de la Clase Obrera, conservan plena actualidad.

Hoy, la FSM sigue siendo un faro de luz para el movimiento obrero y para los pueblos de todos los continentes y países. ¡Honor a su historia, y a sus luchas!