Durante muchos años, Israel ha continuado la ocupación del territorio
del Estado Palestino, dominando a otro pueblo, siendo así un Estado
colonial que impone su voluntad a través de la confiscación de
tierras, el traslado de parte de su población al territorio ocupado y
creando un peculiar sistema de Apartheid.
Israel se convierte en un Estado que comete serias y permanentes
violaciones del Derecho Internacional, el Derecho Internacional
Humanitario y los Derechos Humanos. Un Estado que ignora el derecho
del pueblo palestino a la autodeterminación y la independencia
nacional, así como los derechos de los refugiados, incluyendo su
derecho al retorno, la propiedad y la compensación. Un Estado que
ignora y viola la voluntad internacional, rechazando todas las
convenciones y resoluciones que se han adoptado no solo para Palestina
sino para todos los conflictos de ocupación.
Sin embargo, recientemente las cosas han empeorado más.
Con el viraje Israelí hacia el extremismo y el fundamentalismo, el
gobierno de Netanyahu se ha desligado completamente de los acuerdos de
Oslo -firmados entre Israel y Palestina-, llevando su proyecto
colonial hasta niveles sin precedentes, donde el gabinete israelí en
pleno celebra su rechazo a la existencia de un Estado palestino, así
como a los derechos nacionales del pueblo.
El fanatismo actual de Israel se alimenta con el “Acuerdo del Siglo”,
propuesto por la administración Trump, el cual de ninguna forma es una
real propuesta de paz, sino que es el resultado de los pensamientos
fundamentalistas de quienes lo elaboraron y que pretenden materializar
al gran Israel, por encima de los derechos palestinos, engañando a la
opinión pública con el espejismo de ofrecer “soluciones” a los
palestinos, a través de una fragmentación territorial y a cambio de
condiciones inaceptables.
Esta visión anima a Israel querer anexar gran parte de Cisjordania,
incluyendo el valle del río Jordán y el norte del Mar Muerto, así como
extensión al oeste del Muro de apartheid, el cual la Corte
Internacional de Justicia dictaminó su ilegalidad y ordenó su
desmantelamiento desde 2014 sin que Israel haya dado la menor muestra
de querer aceptar este dictamen legal.
El primer ministro Israelí exigió que esta determinación fuera la base
para el acuerdo de gobierno de coalición. Así las cosas, esta decisión
ilegal se convierte en política oficial de gobierno, después de haber
anexado -a pesar del rechazo de la comunidad internacional- la parte
oriental de Jerusalén, a pesar que abiertamente es un desprecio por el
derecho internacional.
No cabe duda que estas medidas representan violaciones serias de los
principios del derecho internacional y sus pertinentes disposiciones.
Sencillamente, esta decisión israelí destruye las bases sobre las que
está soportado el derecho internacional, con lo que también finaliza
la posibilidad de una solución política entre las partes del
conflicto, llevándolo a una eterna confrontación.
El deber de la comunidad internacional, representada en Estados,
pueblos y sociedad civil en conjunto, es hacer frente a esta amenaza y
adoptar medidas punitivas en caso que se produzca. Acompañar o callar
ante tan grave acción, seria vergonzoso y dejaría serias consecuencias
para la región y el sistema internacional. No tomar acción contra tal
agresión sería una traición a los valores y principios de la
civilización y un retroceso de cualquier solución negociada entre
Estados en conflicto.
Por lo tanto, nosotros, personalidades palestinas de todos los
estamentos, académicos y sociedad civil, nos dirigimos a la comunidad
internacional, pidiendo adoptar posiciones y tomar las medidas
necesarias para frenar los planes israelíes y para preservar la paz.
Hacemos un llamado para que los demás Estados y pueblos puedan:
1) Rechazar cualquier intento de Israel para anexar tierra palestina,
ya que representa una flagrante violación de los principios del
derecho internacional y la carta de la ONU, así como las resoluciones
del Consejo de Seguridad adoptadas al respecto.
2) Reafirmar el cumplimiento de los Estados de todas las resoluciones
del Consejo de Seguridad, sobre todo la resolución 2334 de 2016, y en
particular no reconocer cualquier alteración a las fronteras de 1967.
Asimismo, se llama a que siguiendo la resolución 2334, todos los
Estados diferencien el territorio palestino ocupado del territorio
Israelí -incluyendo Jerusalén Oriental, Cisjordania en su totalidad y Gaza-.
3) Llamar a los Estados para que adopten medidas punitivas en contra
de los colonos y los productos sacados de las colonias, impidiendo la
entrada en sus mercados, de acuerdo con sus obligaciones legales
emanadas de los Convenios de Ginebra 1949.
4) Llamar a las fuerzas políticas y organizaciones de la sociedad
civil para que se opongan a los intentos de criminalizar las críticas
o el boicot a la ocupación israelí, distinguiendo plenamente entre
sionismo y judaísmo.
5) Estudiar y aplicar sanciones políticas, económicas o culturales a
Israel, en caso que realice la mencionada anexión.
6) Hacer un llamado a los Estados que aún no reconocen al Estado
Palestino para que lo hagan, con el objetivo de defender la solución
de los dos Estados.
7) Apoyar las medidas que adopte el Estado de Palestina y otros
Estados ante la Corte Penal Internacional y Tribunales Nacionales,
donde se pueda enjuiciar criminales de guerra israelíes, por sus
repetidas y descaradas violaciones a ley internacional incluyendo la
anexión de territorios palestinos.
8) Apoyar la acción palestina, árabe, e internacional en contra la
anexión, en la Asamblea General de la ONU y otros Organismos
Internacionales, así como considerar la acción israelí ilegal y sin
valor jurídico.
9) Reafirmar la oposición a la llamada «visión de Trump” y rechazar la
posición del estamento fanático israelí, sus colonos y los grupos
terroristas fundamentalistas del sionismo, los cuales pretenden
construir un solo Estado a costa de la tierra y derechos palestinos.
10) Ofrecer todo apoyo posible al pueblo palestino, a la OLP y la
Autoridad Nacional Palestina y seguir asistiéndolos contra la
ocupación, la anexión y las imposiciones ilegales y unilaterales de la
administración Trump, para poder así defender los derechos nacionales
palestinos a la libertad y la independencia.
Nosotros los abajo firmantes, estamos conscientes de nuestra gran
responsabilidad, así como de todo el pueblo palestino de
fortalecernos, restableciendo la unidad del pueblo y sus
instituciones. Nos dirigimos a todas los componentes de nuestra
sociedad civil para hacer frente a sus deberes adoptando las
posiciones y medidas pertinentes en este momento crucial.
fuente: Confederación Palestina Latinoamericana y del Caribe
para agregar su firma visite: http://chng.it/RLJtcDmzRg
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