PERÚ. GREMIOS DE PERIODISTAS DENUNCIAN DESPIDOS MASIVOS

 Lima, 21 jun (Prensa Latina)

Una ola de despidos de periodistas y otros trabajadores de la prensa, como respuesta patronal ante la crisis de los medios de comunicación y en plena pandemia, motiva la preocupación y la indignación de los gremios del sector.

Ante la grave situación, las organizaciones de periodistas exigieron al Ministerio de Trabajo que actúe contra el cese de centenares de profesionales y otros trabajadores de la prensa, que suman el desempleo a la crisis de la pandemia de la Covid-19.

La actitud empresarial motivó enérgicos comunicados de protesta del Colegio de Periodistas de Lima, la Federación de Periodistas del Perú y la Asociación Nacional de Periodistas.

Las tres organizaciones coincidieron en reclamar la acción del Ministerio de Trabajo contra los despidos, en cumplimiento de su rol de cautela de los intereses de los asalariados, casi siempre limitado al arbitraje de resultados muchas veces adversos a los trabajadores.

El Colegio limeño pidió a la ministra de Trabajo, Sylvia Cáceres, que sancione y ponga fin a los atropellos contra centenares de periodistas echados del trabajo, en algunos casos suspendidos sin sueldo o bajo el disfraz de renuncias pactadas, según las denuncias.

Los despidos, considerados arbitrarios, se realizan pese a que ‘las principales empresas periodísticas de nuestro medio han obtenido ayuda económica del Gobierno Central, para afrontar la crisis económica de esta pandemia que todos vivimos’, argumentó el Colegio.

El decano de la entidad, Ricardo Burgos, afirmó que esta no cesará en la defensa de los intereses profesionales y económicos del gremio, ni permitirá artificios legales que desvinculen a los periodistas de sus medios de comunicación de manera inhumana e irregular, como está ocurriendo en la actualidad.

El pronunciamiento lamenta la muerte de 42 periodistas afectados por Covid-19 y señala que las empresas propietarias de medios de comunicación y el gobierno, ‘lejos de reconocer el gran esfuerzo de los periodistas y homenajear a sus soldados de la pluma caídos en el cumplimiento del deber, los acosan y despiden’.

La Federación de Periodistas del Perú calificó los despidos de ‘actitud mercantilista, mezquina e indolente de las empresas periodísticas’, pese a que han recibido decenas de millones de dólares del gobierno, en un programa de financiamiento de muy bajo costo, de alivio a la crisis con el fin específico de proteger los empleos y mantener la cadena de pagos.

La federación exigió al gobierno que tome medidas para salvaguardar los puestos de trabajo de los periodistas y comunicadores sociales y se solidarizó con millones de peruanos que perdieron sus empleos a consecuencia de la crisis.

La Asociación Nacional de Periodistas, en un pronunciamiento similar, enfocó su pronunciamiento en el caso más notorio, el del poderoso grupo mediático El Comercio, que pretende encubrir el despido masivo, afirma, con la figura ‘acuerdo de mutuo disenso’.

Según diversas denuncias, la empresa exige que el despedido firme una cláusula de confidencialidad sobre el retiro y que lo obliga a pagar una cuantiosa indemnización si no la cumple, lo que la ANP considera amordazar ilegalmente a los cesantes e impedir que denuncien los abusos.

Precisa que el grupo El Comercio ha cerrado la versión local del diario gratuito y publicitario ‘Publimetro’ y la versión impresa del periódico deportivo ‘El Bocón’, con el consiguiente despido del personal.

La asociación llamó a los trabajadores de la prensa a mantenerse unidos y solidarios porque ‘nos toca combatir, a la par de la Covid-19, al virus del desempleo, la precarización y la pobreza’.

Los despidos comenzaron en algunos casos aun antes del estado de emergencia sanitaria y confinamiento que desde marzo pasado acentuó la crisis de los medios, que por la paralización de actividades, quedaron prácticamente sin ingresos por publicidad y con muy pocas ventas en el caso de los periódicos.

La Covid-19 agravó la crisis que ya sufrían los medios escritos, debida, según diversas opiniones, a que estarían siendo reemplazadas por las fuentes de Internet o por la pérdida de credibilidad por ser refractarios a cambios profundos y hostiles a quienes los propugnan.

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