PREMIO NOBEL PARA «HENRI REEVE»

Medicos-Cubanos

Por Jorge Millones *

Lima (Prensa Latina) Todavía era muy joven cuando los independentistas cubanos lo apodaron ‘El inglesito’, un estadounidense que se enroló voluntariamente en una fuerza expedicionaria norteamericana para luchar por la liberación de Cuba del imperio español.
Por mérito propio, fue escalando dentro del Ejército independentista cubano, sirviendo al mando del mayor general Ignacio Agramonte, ‘El Mayor’, y a quien Silvio Rodríguez dedicaría muchos años más tarde una bella canción.

El compromiso solidario e internacionalista de Henry Reeve lo llevó a dar la vida por la libertad de Cuba el 4 de agosto de 1876, cuando contaba apenas con 26 años, pero su sacrificio contribuyó a consagrar la independencia de Cuba y a sellar el fin del colonialismo español en América.

En el centenario de su muerte, en 1976, Cuba le dedicó un sello postal para conmemorarlo y en 2005, después que George W. Bush rechazara la ayuda médica cubana cuando pasó el terrible huracán Katrina, el Comandante en Jefe Fidel Castro creó una brigada médica especial con más de mil médicos y especialistas, el célebre contingente internacional Henry Reeve.

Desde entonces, el nombre de este valeroso voluntario norteamericano ha acompañado el despliegue solidario de muchísimos médicos cubanos alrededor del mundo.

El internacionalismo cubano tiene en el contingente internacional Henry Reeve a uno de sus principales emblemas dentro del famoso ‘ejercito de batas blancas’.

Esta brigada especial de la salud ha llevado con orgullo el ejemplo de aquel joven norteamericano que preludió también el sacrificio de otro célebre internacionalista, el médico argentino-cubano Ernesto ‘Che’ Guevara.

La brigada Henry Reeve, o formalmente Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias, ha desplegado sus funciones en varios países del mundo. Angola, Haití, Chile, Pakistán, Guatemala e Italia, entre muchos más.

En el Perú también han estado presentes prestando sus servicios específicamente en Pisco, tras el terremoto de 2007, y en el norte del país, cuando fuimos castigados por los desastres que produjo el ‘Fenómeno del niño costero’ en 2017.

Inundaciones, huaycos (avenidas) y lluvias torrenciales fueron acompañadas de epidemias y enfermedades, y en ese duro trance para el país la ‘Henry Reeve’ estuvo al lado del sufrido pueblo peruano en los lugares que más los necesitaban.

El pueblo peruano los tiene en alta estima y, a pesar de la campaña de desprestigio de la derecha y sus voceros mediáticos, se mantiene vivo el recuerdo del apoyo cubano que recibimos en 1970, cuando un devastador terremoto sepultó Yungay y afectó considerablemente a varias ciudades del país.

A 50 años de aquella fatídica fecha, en Huaraz hay plazas conmemorativas al apoyo de Cuba, expresiones de agradecimiento y se reconoce la mano solidaria del pueblo cubano y sus autoridades.

Se recuerda con cariño, a pesar del griterío de la caverna neoliberal, aquel gesto de Fidel Castro donando sangre para el pueblo peruano y nos llena de esperanza ver cómo la ‘Henry Reeve’ es requerida en varios países del mundo, incluso en la desarrollada Europa. Italia, por ejemplo, ha rendido homenaje y expresado de varias formas su gratitud a los médicos cubanos.

Siendo la salud un derecho fundamental del ser humano, la actitud y el posicionamiento político frente a este tema pinta de cuerpo entero a varios países y líderes mundiales.

Mientras Cuba envía a la ‘Henry Reeve’ a combatir la Covid-19 por todo el mundo, otros quieren lucrar con la posible vacuna, compran todas las mascarillas desabasteciendo el mercado mundial y continúan bloqueando países, incluso en situaciones tan graves como las que nos toca vivir con la pandemia.

Sin embargo, los pueblos del mundo ya no se dejan engañar y son testigos de esas inhumanas actitudes que violan los derechos humanos de varios países. Particularmente, el criminal e ineficaz bloqueo que ejerce el imperialismo norteamericano contra Cuba está en las antípodas morales de aquel joven neoyorquino Henry Reeve, lo cual nos demuestra que, al margen de lo que hagan los gobernantes, los pueblos tienden a la solidaridad.

Por eso, el colectivo Solicuba del Perú se sumó a la campaña ciudadana e internacional para promover la postulación del contingente Henry Reeve al Premio Nobel de la Paz.

Esto ocurre justo cuando el gobierno peruano, finalmente, aceptó la ayuda cubana y otra vez tendremos a los médicos de la ‘Henry Reeve’ luchando -esta vez- contra la Covid-19 en Perú.

Hoy, cuando el afán de lucro y la lógica rapaz del capitalismo han destruido el juramento de Hipócrates denigrando a los propios profesionales de la salud, hoy que los monopolios de clínicas privadas, laboratorios y cadenas farmacéuticas impiden en el Perú el acceso a la salud de las grandes mayorías, aplaudimos de pie a este grupo de médicos, hombres y mujeres de Cuba que vienen con la ‘Henry Reeve’ a desplegar internacionalismo y solidaridad, haciendo realidad aquella sentencia de Martí: ‘Patria es humanidad’.

Se merecen el Premio Nobel de la Paz, sin duda alguna.

arb/jm/mrs

*Cantautor y cronista peruano.