FUEGO GRANEADO CONTRA NICARAGUA
Por Gustavo Espinoza M.
Es curioso. Hay personas inteligentes y sensatas, que ordinariamente piensan bien pero que, de pronto, cuando abordan determinados temas, pierden la cabeza y dicen sandeces.
Es el caso del renombrado escritor, Mario Vargas Llosa, pero también el de un periodista de nota, Pedro Salinas, quien recientemente se refirió a Nicaragua atacando alevosamente a su gobierno y al proceso revolucionario sandinista que compromete masivamente a su pueblo.
Muy suelto de huesos, el cuestionador de Sodalicio, asegura que Daniel Ortega es “el peor presidente que le ha tocado en suerte a Nicaragua, en el peor momento de su historia”. Así, con sólo 18 palabras, saca a flote toda la bilis que revuelve el hígado a ciertos segmentos de la oligarquía latinoamericana
Para el columnista de “La República”, Somoza fue mejor Presidente que Ortega, en Nicaragua, y que la “estirpe sangrienta” -como se le llamara a su dinastía- era más democrática y más eficiente, que Ortega y los Sandinistas. ¡Vaya que llega a extremos increíbles este periodista “bien informado”!.
Para él, las Cámaras de tortura del clan asesino, las jaulas en las que encerraba con fieras salvajes a sus adversarios, los asesinatos en serie -comenzando por el de Sandino-; fueron poco menos que el Paraíso para ese martirizado país. Esa opinión la sustentó, en su momento, Richard Nixon, quien consideró a Somoza “un hijo de puta”, a quien sin embargo ayudó porque era “de los nuestros”.
¿Qué tiene en realidad Pedro Salinas contra Daniel Ortega?. Quizá, como dijera recientemente el periodista Maryín Gutiérrez aludiendo a las “reservas” que los ricos tenían contra el Presidente de Nicaragua, dos objeciones: una de forma y otra de fondo.
La de forma alude a que para ellos, el Presidente debe ser alguien que vista terno oscuro, camisa blanca y corbata, que exhiba “buenos modales” y sonría a la prensa. Y la de fondo, es que prefieren a un Mandatario “de su clase”, rico, de “buenas familias” y vínculo con los yanquis. Así, les luce mucho mejor a los de allá y a los de acá, que descargan su ira con tinta y papel.
¿Cuál es el tema que ´”preocupa” a Pedro Salinas cuando habla de Nicaragua? El de la Pandemia que azota a muchos países. Le revienta que a Nicaragua ese flagelo no haya llegado con la magnitud registrada en otras latitudes. Nicaragua, dice, “es el único lugar en el planeta donde los casos de Coronavirus, jamás aumentan. Y qué creen. Hasta disminuyen”, afirma, desfigurando completamente la realidad.
No es verdad, en absoluto, que el virus maléfico no haya llegado a la Patria de Rubén Darío. Claro que allí también llegó, aunque en menor medida que en otros países. En general, en América Central, la pandemia ha sido hasta hoy menos dañina que en otras regiones, aunque en Panamá superó ya los 8 mil afectados.
Lo significativo es que el número de muertos es relativamente escaso: 6 en Costa Rica, 15 en El Salvador, 23 en Guatemala, 5 en Nicaragua, 2 en Belice. Eso pareciera indignar al autor de “Al diablo con Dios”. Él hubiese querido más difuntos, para culpar a Ortega, claro.
¿Por qué en determinados países la epidemia genera daños mayores que en otros? Una razón, es la calidad de los servicios de salud. En Nicaragua, la salud está mejor atendida que en Panamá, Honduras o Guatemala; donde los gobiernos derechistas aplicaron programas neo liberales y privatizaron la salud, como quiso hacerlo la derecha anti sandinista entre 1990 y el 2007; con esos gobiernos a los que considera “mejores” Pedro Salinas.
En otros confines del planeta han ocurrido fenómenos similares. En Vietnam, por ejemplo, ha concluido la cuarentena con muy pocos afectados y ningún muerto, pese a su cercanía geográfica con China. Y en Corea del Norte ha sucedido lo mismo. Pero aún en otros países con gobiernos derechistas, ha acontecido igual: Filipinas, Tailandia, Singapur. ¿Un misterio?.
No es por cierto ése el único factor. Nicaragua es también uno de los países más extensos, y menos poblado de la región. La densidad por habitante es significativamente menor que en El Salvador donde el hacinamiento es mayor. Pero, además, Nicaragua es productor de alimentos, y no los trae del exterior. Su población está acostumbrada a consumir lo que su propio campo produce. Y eso, sin duda ayuda. La alimentación, es más sana.
Lo que saca de quicio a Salinas es que en Nicaragua no hubiera cuarentena, como en otros países. Pero en Suecia tampoco hubo. Y no le parece mal. No despotrica, por eso, del gobierno de Noruega, ni de su Rey. En cambio, en El Salvador si hubo, y allí se registró alrededor de 800 contagiados. Si hubiese existido Cuarentena en Nicaragua, la derecha habría berreado: ¡Dictadura!
Adicionalmente le indigna al autor de “Rajes del oficio” que hable en nombre del gobierno Rosario Murillo, la Vice Presidenta del país, a la que considera apenas como “la esposa del presidente Sandinista”. Y sí, claro es esposa de Daniel Ortega, pero no por ello ostenta el cargo de Vice Presidenta. Ella tiene una larga trayectoria como combatiente.
Trabajó clandestinamente contra la dictadura de Somoza en los años 70 del siglo pasado, y se incorporó a la guerrilla cuando le fue imposible seguir en Managua. Ha sido, y es, un calificado cuadro de dirección del Sandinismo en su país. Y eso, ¿es malo?
A Pedro, no le gusta Rosario. Al Somocismo tampoco, ni a la oligarquía nicaragüense, ni a la jerarquía eclesiástica, esa que responde a las orientaciones de Monseñor Báez, el clérigo de Managua que tuvo que ser retirado por el Papa, y que hoy está en el Vaticano con los partidarios de Escrivá de Balagüer, el hombre del Sodalicio.
A ellos les denuncia Salinas, pero ellos resultan sus “socios” en la tarea de denigrar a Ortega y a los Sandinistas. Con ellos, dispara fuego graneado contra Nicaragua. Curioso ¿verdad? (fin)5