DOS PANDEMIAS AL ACECHO
Por Gustavo Espinoza M.
Dos pandemias acosan el escenario de nuestro tiempo. El Coronavirus, es una de ellas; y la Trumpvirus, es la otra.
La primera afectó en una primera etapa a Europa, donde causó –y aun causa- considerables pérdidas humanas. En España, donde años de gobierno del “Partido Popular” amagaron la Salud Pública en provecho de la inversión privada; los esfuerzo del gobierno de Pedro Sánchez se multiplican, sin alcanzar éxitos notables.
En Italia, los gobiernos neo fascistas -desde Berlusconi hasta el actual Guiseppe Conte- desmantelaron las políticas sociales considerándolas un costoso legado del “Estado de Bienestar”, e impusieron las fórmulas del Neo Liberalismo cultivando el egoísmo, el individualismo y el lucro privado. La tapa de la bombonera, es USA, con casi 400 mil infectados y alrededor de 15 mil muertos.
Hoy, estos países, pagan las consecuencias al costo de miles de muertos y de decenas de miles de afectados por la pandemia que confina a todos en un extraño régimen de detención domiciliaria. Aquí, ocurre lo mismo.
América Latina soporta el coronavirus en condiciones muy precarias. Gobiernos progresistas en el pasado más o menos inmediato, adecentaron la política social y alentaron los programas de salud en beneficios de las grandes mayorías. Pero en poco tiempo, la nueva ofensiva neo liberal echó por tierra esos esfuerzos. Varias perlas podrían ser citadas para el caso. Quizá si los gobiernos de Bolsonaro, Moreno, Añez, Duque y Piñera, fueran los más patéticos
En el caso de los dos primeros, se acumulan los muertos sin que los mandatarios siquiera frunzan el ceño. Les importa una higa lo que está ocurriendo en sus países. Y los otros, se empeñan en priorizar otros temas. Les interesa usar la crisis sanitaria como cortina de humo para encubrir sus despropósitos sociales, escamotear reivindicaciones ciudadanas y atornillarse en el Poder a cualquier precio.
Los peruanos sufrimos el efecto de 40 años de neo liberalismo impuesto por Fujimori y seguido sumisamente por gobiernos posteriores. Ahí están las consecuencias. Pareciera que el Presidente Vizcarra no ha sido personalmente afectado por el Codiv-19, pero si por la trumpvirus.
En otros escenarios, Alberto Fernández, de Argentina; Daniel Ortega, de Nicaragua; Miguel Díaz Canel, de Cuba y Nicolás Maduro, el Presidente de Venezuela, miran de otro modo el discurrir.
Fernández tiene la tarea de recuperar el país luego del “Macrismo”, que lo dejó al borde del acantilado. Y Ortega, Díaz Canel y Maduro lideran políticas que han permitido mantener la pandemia en efectos mínimos.
Aunque se han registrado contagios, el número de fallecidos por esa causa, ha sido mínimo. Y es que a los programas de salud apropiados, se ha sumado la solidaridad humana cultivada en la conciencia del pueblo, y el monitoreo oficial a una política de atención constante a las urgencias ciudadanas.
Pero curiosamente, sobre estos países se ha desatado la otra Pandemia: la Trumpvirus. Desde la Casa Blanca el mandatario de los Estados Unidos articula una política agresiva de violencia y exterminio que ha generado una peligrosa tensión continental. Como se ha denunciado en diversas oportunidades, pareciera que los halcones de Washington, y su mandatario de hoy, se empeñan en trasladar a nuestro continente la guerra, que hoy se vive en Afganistán, Irak y Siria.
Quizá no reparen, sin embargo, en el hecho que un conflicto continental, como el que se plantea para “derribar” al Gobierno Bolivariano de Venezuela, no acarreará solamente bajas al país llanero. Con absoluta seguridad, una crisis de frontera, como la que se plantea entre Colombia y Venezuela, traerá también muchísimo tormento a los pobladores de la Patria de Nariño.
Y como bien a dicho al Presidente Maduro personalizando el conflicto: “quien quiera matarme, debe también estar dispuesto a morir”, Y en eso no habían pensado los estrategas de la Casa Blanca.
Que Estados Unidos no juega con luces artificiales, lo confirman las palabras del general Robert Neller Comandante en Jefe del Cuerpo de Marines USA encargado del Plan Militad “Libertad”, contra Venezuela: “Cuando ataquemos Caracas, el cielo obscuro se iluminará de luces de misiles y aviones como jamás se vio, y el terror del sonido de los cohetes y el ataque masivo de aviones infundirá el temor en el régimen dictatorial y sus esbirros y abrirá la puerta a la libertad en Venezuela, no dejaremos escapar a ningún criminal, de verdad lamentaran haber nacido, trataremos en la medida de lo posible que la población civil inocente no sufra el embate de este ataque masivo para su liberación». En otras palabras, Bagdad en pos de Hussein; o Tripoli, luego de Kadafhi.
Las cosas, sin embargo, no son tan simples. Los misiles nucleares y los aviones atómicos están hoy también del lado de los pueblos. Y ahora, gobiernos progresistas de diversas latitudes están dispuestos a jugarse por ellos. Como el COVID -19, la Trumpvirus tiene también los días contados (fin)