“No se puede erradicar enfermedades sin curar la pobreza” (Dr. Uriel García)
Liliana Romero 7 abril 2020
Hace muchos años, en plena guerra interna, invitaron a Pablo Macera a una reunión en UNICEF. Se trataba de tener claridad, una luz, una guía en el trabajo a realizar en el Perú de los ochenta por parte de este organismo internacional.
El buen Pablo –en medio del desconcierto de los presentes– espetó que en el Perú de ese entonces, sólo se necesitaba a la Cruz Roja y a nadie más. Después de sucesivos gobiernos comprometidos con el gran capital financiero internacional, conformes con el salvaje modelo económico impuesto por aquellos que dirigen los destinos del mundo a partir de los ochenta del siglo pasado, incapaces de plantear alternativas económicas propias, ¿necesitamos sólo un plan de contención, un plan de recuperación económica post pandemia para llegar al punto inicial del 6 de marzo del 2020? ¿es eso lo que necesita el Perú, ad portas del bicentenario?
Resulta anecdótico, conmovedor y hasta patético ver por la tele o escuchar por la radio a los jóvenes periodistas “descubriendo” en vivo y en directo a la pobreza extrema de los cerros y callejones de Lima, entrevistando a los que no aparecen ni siquiera en los padrones del SISFHO1 .
Descubrir que hay peruanos que si no salen a trabajar ese día, pues, simplemente no comen. Este es el Perú del 2020: 32.8 millones de habitantes, más de la quinta parte de la población en pobreza o pobreza extrema (23.3%) con proyección a que este número aumente post pandemia. Donde el 10% de las familias urbanas y el 32% de las familias rurales no tiene acceso al agua potable en sus viviendas, ni qué decir de los servicios higiénicos con red pública: 11% de las familias urbanas y el 82% de las familias rurales carecen de este servicio elemental para la salud2 .
Por eso no es de extrañar que en nuestro país, la tuberculosis multidrogo resistente tenga tan alta prevalencia3 , que el 43.5% de los niños de 6 a 35 meses tengan anemia4 , y la desnutrición crónica de los niños menores de 5 años sea del 12.2% a nivel nacional5 . Lo anterior no es nada nuevo, allí están las cifras, y las conocen los gobiernos, los políticos de izquierda y de derecha. Es el resultado de la implantación del neoliberalismo en nuestro país que ha destruido la industria nacional, que ha cambiado nuestros patrones 1 Sistema de Focalización de Hogares (SISFOH). 2 INEI, Boletín Condiciones de Vida, diciembre 2019 3 Según la OPS, el Perú tiene el 14% de los casos estimados de tuberculosis en la Región de las Américas; Lima Metropolitana y el Callao notifican el 64% de los casos de tuberculosis (TB) del país, el 79% de los casos de TB multidrogorresistente (TB-MDR) y el 70% de los casos de TB extensamente resistente (TBXDR). 4 INEI, Perú: Principales Indicadores, marzo 2020.
La cifra corresponde al 2018. Ojalá haya bajado. 5 INEI, Boletín Condiciones de Vida, diciembre 2019. 2 de consumo, que ha privatizado todo lo privatizable, incluyendo la salud y educación, convirtiéndolos en viles mercancías. Es decir, un sistema económico voraz, indolente, perverso, mezquino, de espaldas a las necesidades de la población mayoritaria, del salario barato, de desaparición de los sindicatos y de los derechos laborales elementales, sin respeto al medio ambiente y que no ha solucionado ninguno de los grandes problemas del país, de su gente, de la gente de carne y hueso. Sistema económico que es defendido, a capa y espada, por la gran prensa y sus voceros que ahora proclaman a los cuatro vientos lo bueno que fue que el Perú tuviera sus “reservas”, porque hizo bien su tarea de no soltar el dinero, como sí lo hacen los gobiernos “populistas”.
Se ufanan por tener al varias veces galardonado por los organismos financieros internacionales, Julio Velarde, como Presidente del BCR, gran guardián del lobby financiero internacional, quien al ser consultado sobre la propuesta de reducir los sueldos privilegiados de la alta burocracia estatal –en el marco de la crisis– , sólo pudo decir ¡¡Es una tontería, es un gesto populista!! Para este señor, y la clase que representa, la miseria de miles de peruanos y peruanas debe ser sólo una cifra registrada por el INEI y el BCR. En la cabeza de este señor y los que piensan como él las palabras solidaridad y cooperación no existen, ni en su léxico ni en su práctica. La Crisis del Covid-19 El 6 de marzo fue anunciado oficialmente el primer caso de una persona infectada con el Covid-19 en nuestro país. Y hemos pasado del pánico inicial, con histeria colectiva incluida, a la etapa de contención de la epidemia — vía cuarentena y toque de queda, prolongada al 12 de abril, con fecha de inicio el 16 de marzo– 6 , acompañada de un conjunto de medidas para atender a la población más afectada.
Para analizar el impacto de estas medidas de emergencia es necesario visualizar cuál es el punto de partida respecto a la situación social y laboral del país. En el Perú antes del Covid-19 había 7.6 millones de habitantes en situación de pobreza y pobreza extrema, y un poco más de la cuarta parte de la PEA ocupada tenía un empleo formal, ya sea en el sector público o privado y cerca de las tres cuartas partes tenía un empleo en el sector denominado informal7 . Agregando el número de informales a los desempleados calculados por el INEI, obtenemos el número de los trabajadores que se 6 Ver Decretos Supremos Nº 044-2020-PCM, Nº 045-2020-PCM, Nº 046-2020-PCM y 051-2020-PCM 7 Lo de formal e informal es un tema de discusión aparte.
Los datos de trabajador formal que registra el INEI lo hace a partir de la planilla electrónica que cada empresa envía a la SUNAT mensualmente. Pero todos sabemos que una gran parte de empresas sólo registra en planilla una parte del salario de sus trabajadores para eludir las cargas sociales o los tiene bajo el régimen de cuarta categoría correspondiéndole en realidad la quinta categoría. En el Estado sucede lo mismo con los trabajadores CAS o los contratados a través de tercerización de servicios. 3 han quedado sin ingresos por aplicación de la cuarentena: 13.1 millones de personas a nivel nacional.
La tasa nacional de desempleo es de 3.9, siendo la tasa urbana de 4.8 y la rural de 0.7. Ver Pg.23 (3) MTPE, Boletín Mensual de Leyendo Números…, enero 2020. * El Sector Privado incluye 70,912 trabajadores extranjeros de los cuales 50,443 son venezolanos (4) Al 2019 se calcula una tasa de informalidad de 72.7 a nivel nacional que se eleva al 95.2 para el área rural y disminuye a 66.4 para el área urbana. Ver INEI, Comportamiento … Pg. 17 Medidas Etapa de Contención
El gobierno de Martín Vizcarra está implementando un plan anti crisis para lo cual ha emitido a la fecha nueve decretos supremos relativos al estado de emergencia, once decretos de urgencia y un decreto legislativo9 , normas orientadas a solucionar la supervivencia de la población que ha dejado de laborar para cumplir la cuarentena. En primer lugar está el bono de S/ 380 soles que será entregado dos veces a 2.7 millones de hogares focalizados. Este bono se entregará también a trabajadores independientes (790 mil)10 y pequeños agricultores (número aún no precisado). El monto duplicado de S/ 8 Se ha restado de este número a los trabajadores de mercados y transportistas de alimentos, alrededor de 50,000 que no ha dejado de laborar durante la crisis Esta cifra no incluye a la población migrante venezolana estimada en 860,000 y mayoritariamente incorporada de la actividad informal.
Ver: OIM-UNICEF, DTM Reporte 7 – Monitoreo de flujo de población venezolana en el Perú, Lima, febrero 2020. 9 Contabilizados al 6 de abril. 10 Con ingresos mensuales menores de S/ 1,100.00 4 380 cubre el costo mensual de una canasta de alimentos para una familia de cuatro miembros mas no así de un número mayor.11
Si se logra atender el mismo número de beneficiarios en el área rural, se estaría cubriendo el número estimado de pobres y pobres extremos mientras dura la cuarentena (un mes). Si la cuarentena se prolonga, el bono tendrá que mantenerse. El número de pobres y pobres extremos no cubierto con el bono de S/ 380 es atendido con la canasta de alimentos que distribuirá cada municipio. Existiendo programas sociales en ejecución, no debería haber un solo peruano en carencia que no sea atendido durante la coyuntura. Sólo Qaliwarma tiene un presupuesto de S/ 1,573 millones y Pensión 65 de S/ 896 millones que podrían derivar recursos de ser el caso. La distribución tanto del bono como de la canasta le ha cogido al gobierno –en sus tres niveles, nacional, regional y local– con los pantalones bajos: SISFHO desactualizado, inexistencia de padrones de trabajadores independientes, base de datos de RENIEC sin filtración de vivos y muertos, etc. etc.
Sin embargo, la atención de esta población no debería ser un problema, por la disponibilidad de recursos con que se cuenta, sólo tienen que ponerse las pilas los responsables de su ejecución. Y la población organizada también tiene que participar para vigilar y controlar la equidad de esta distribución. En lo que respecta a la situación de los trabajadores, del sector formal y del informal, que han dejado de laborar durante la cuarentena, ésta se relaciona directamente con la situación financiera contable de sus empresas y emprendimientos.
Obviamos a los trabajadores del Estado que deberían recibir su sueldo sin problema al estar éstos ya presupuestados. Para el sector de trabajadores formales, la medida de disponer una parte de su CTS (hasta S/ 2,400) es correcta como también es correcto que puedan disponer del 25% de su fondo de la AFP, dispuesto por el Congreso, tanto para aportantes activos como pasivos12 . La medida inicial del gobierno era un tope de S/ 2,000 para ex aportantes y ahora anuncia extenderlo a aportantes activos. Además, los trabajadores del régimen privado de pensiones recibirán estos dos meses 10% más de su sueldo al no descontárseles el monto que corresponde a la AFP.
Estas son medidas necesarias para que este sector de trabajadores pueda disponer de liquidez durante y después de la crisis, como lo es también la reprogramación de pagos de los servicios básicos y telecomunicaciones y el congelamiento (por dos meses) o reprogramación de créditos hecho por el sistema financiero. En cambio, el subsidio del 35% de la planilla de los trabajadores que ganan hasta 1,500 es una medida muy tibia y que no ha tenido efecto para evitar el despido de trabajadores. Ya 11 El costo estimado de la canasta de alimentos (línea de extrema pobreza) a diciembre de 2019 era de S/186.57 por persona por mes. Gasto al mes sólo en alimentos: S/ 746.28 Ver INEI, Informe Técnico: Evolución de la pobreza monetaria 2007-2018. Lima 2019. Pg. 129-130 12 Pueden retirar el 100% los que tengan fondos inferiores a una UIT (S/ 4,300). De 1 a 4 UIT puede retirar el valor de una UIT. De 4 a 12 UIT puede retirar el 25% del fondo. Más de 12 UIT sólo puede retirar S/ 12,900. 5 durante la primera semana de la cuarentena, el 25% de los trabajadores formales (1.6 millones) habría perdido su empleo según IPSOS13 .
A estas alturas, el número de peruanos en situación de precariedad –con diferentes niveles de intensidad– sería de 14.7 millones de trabajadores, con clara tendencia a incrementarse. Este subsidio no ha tenido efecto porque la naturaleza precaria de las micro y las pequeñas empresas que sostienen el mercado laboral del país es tal, que dependen de sus ventas diarias para poder subsistir. Seguramente habrá empresas que pudiendo mantener su planilla han decidido aplicar, ilegalmente, la suspensión perfecta laboral, empresas que deben ser denunciadas ante Sunafil. El gremio empresarial ya está alistando sus baterías para pescar a río revuelto y so pretexto de la crisis continuar atropellando los derechos laborales. No sabemos cuántos asalariados han recibido su sueldo en el mes de marzo y cuántos lo recibirán en abril. Seguro que menos afortunados. Si esto es así a nivel del sector formal, el sector informal es el más golpeado porque no ha recibido ningún subsidio directo.
Una parte de los trabajadores de este sector estaría pasando la cuarentena con el bono de S/ 380 (los pobres y pobres extremos) ¿y el resto? La línea de pobreza monetaria a diciembre del 2019 era de S/ 364.64 por persona por mes.14 Un hogar de cuatro miembros que gane más de S/ 1,460 ya no es pobre y no tiene derecho a ningún subsidio.
La reactivación económica constituye un verdadero reto, porque no se trata solamente de que no pierdan su empleo los cuatro millones y pico de trabajadores del sector formal, sino de abordar la problemática del sector informal que involucra a más de doce millones de trabajadores. A la fecha, el gobierno ha dado dos dispositivos para abordar este tema. El Decreto de Urgencia N°029-2020 que crea el Fondo de Apoyo Empresarial a las MYPE (S/ 300 millones) orientado a capital de trabajo y para reestructurar y refinanciar deudas. La modalidad es que el Estado garantiza el 100% de los créditos. La otra norma es el Decreto Legislativo N° 1455 que crea el Programa Reactiva Perú con un financiamiento de S/ 30,000 millones.
La modalidad es la misma en ambos casos: Tesoro Público entrega el dinero a COFIDE y éste lo entrega a las entidades del sistema financiero reconocido por la SBS para que se encargue de dar los créditos a las empresas que lo requieran. Y allí empiezan los problemas. 13 IPSOS, Encuesta de Opinión CUARENTENA COVID-19 Perú, 21 de marzo de 2020.
Todavía no tenemos el reglamento para la ejecución de Reactiva Perú pero si conocemos los antecedentes agiotistas de la banca nacional, sobre todo, cuando se trata de las micro y pequeñas empresas y ni qué decir de las empresas informales. El temor, absolutamente justificado, es que le saquen la vuelta a la norma y direccionen los créditos a las empresas de su holding, textualmente prohibido. El otro temor es que, no es una banca especializada en la promoción de la industria, de la agroindustria, menos del agro. ¿Cómo van a evaluar entonces los proyectos de crédito? ¿No es el momento acaso de promover la existencia de bancas especializadas por sectores económicos a los cuales necesariamente promocionar?
Conclusiones
La reactivación económica sólo tendrá éxito en la medida que nos convenzamos de la necesidad de cambiar la actual estructura productiva del país. No da para más. No podemos seguir viviendo sólo de exportar minerales. Tampoco da para más nuestro actual sistema de salud. No necesitamos más pruebas que lo vivido estos días.
La única forma de terminar con la pobreza y extrema pobreza, que muchos han descubierto que existía en estos días, es cambiando el sistema económico del país. No hay otra forma. Está claro que el país necesita un cambio radical en su sistema de salud pública, empezando por la base de todo sistema de salud, cual es el acceso universal al agua potable y alcantarillado. No puede haber sistema de salud con una pata coja de inicio. Por otro lado, la industria nacional debe ser capaz de proveer a este sistema de todos los insumos y equipos que hoy son vergonzosamente importados –a los precios que quiera el señor mercado–, desde las simples mascarillas hasta los ventiladores famosos que ahora, como en la guerra, tenemos que fabricar sí o sí. Y fabricar nuestros propios genéricos y medicinas.
Este sistema tiene que ser sostenido por la academia y centros de investigación médica y científica del país y que incorpore el conocimiento ancestral de medicina del país. Tiene que haber un cambio de chip en la concepción del servicio de salud, no como una mercancía sino como un derecho de cualquier habitante. La misma figura se tiene que dar en la educación pública. Hay una necesidad de dotar a los alumnos de los instrumentos tecnológicos y de programas educativos que lleguen a cada estudiante del país. Ello significa apoyar financiera y tecnológicamente los emprendimientos que vayan en esta línea.
Un tercer nivel de inversión pública tiene que estar orientado a la agro industria, aquella capaz de dar valor agregado a nuestros productos hoy reconocidos como super alimentos. Y, apoyar la producción de alimentos en el campo, en particular a los pequeños agricultores, tanto a nivel tecnológico como financiero, fortaleciendo la capacitación directa de los agricultores a nivel local y dándole los créditos que necesiten
En suma, hay que comenzar cambiándolo todo