Por BRISA MARINA HURTADO DE MENDOZA
Asistimos a un presente incierto, aparentemente con la vida al borde del abismo recluidos en nuestras casas con el propósito de vencer las letales consecuencias que nos porta el virus.
Evidentemente, todas las medidas que se están tomando a la fecha de trascendental importancia para preservar la vida, nos llevará, no solamente a rebajar dos o tres puntos en PBI, nos mostrará más bien una crisis estructural, con gran parte del territorio en manos de transnacionales, con un éxodo creciente del campo a la ciudad, con menores tasas de empleo, niveles de ahorro y liquidez muy bajos, sin industria nacional, sin seguridad alimentaria, con servicios de salud y educación limitados y elitistas, con el nivel de pobreza que superará en millones, a los nueve que registramos a la fecha, con un rango muy alto de jóvenes que por primera vez enfrentarán una crisis de estas proporciones.
Nos encontrará también con la ausencia total de liderazgo, mientras estamos sumidos en el letargo del virus, el paradigma neoliberal está quebrado, se sabe que las potencias mundiales optaran por un nuevo modelo de dominación. Economistas y politólogos de talla mundial, como Joseph Stigliz, Daniel Neyra, Daniel Estulin y otros, nos hablan sobre el fracaso del modelo con el sistema financiero internacional quebrado, un ejército de centenas de millones de personas con hambre, el poder económico concentrado en grupos que manejan el mundo a su antojo.
En consecuencia es oportuno que empecemos a dejar la red en la que estamos atrapados, unamos nuestras fuerzas e inteligencia e iniciemos a tomar medidas que implementen un proyecto transitorio de corto plazo, que empezando con un Proceso Constituyente desde los pueblos, tenga los siguientes elementos:
a. Soberanía alimentaria
b. Descentralización, por Estados Federados
c. Servicios de salud y educación universales y competentes.
d. Cambios en la política y estructura de la industria extractiva
e. Desarrollar actividades intensivas en mano de obra.
f. Codificar la información nacional por sectores.
g. Cambiar la dinámica de acumulación y distribución de capital, permitiendo que esta se traduzca en salarios reales, bienestar de la población.
No estamos proponiendo ni nuevas elecciones, ni nuevo gobierno, necesitamos una Nueva Constitución, que permita la presencia de un Estado con poder y capacidad para abordar los problemas propios del capitalismo y la globalización en proceso de transformación. Requerimos en consecuencia un Estado fuerte en representación del pueblo para implementar las políticas y medidas que conduzcan a un proceso de emancipación y defensa de lo nuestro y de los nuestros.
ARTICULEMOS UN PROCESO DE CAMBIO, QUE NOS LLEVE A RECIBIR EL NUEVO ORDEN MUNDIAL (NUEVO MODELO), ORGANIZADOS, SEGUROS DE LO QUE HAREMOS.