PACTO MILITAR QUE APUNTA A VENEZUELA

por Pedro Martínez Pírez

El presidente del país latinoamericano que el pasado 7 de noviembre fue el primero en votar junto a Estados Unidos en la ONU, para que se mantenga el bloqueo económico contra Cuba, Jair Bolsonaro, acaba de entrevistarse con Donald Trump en la Florida, y firmar en Miami un acuerdo bilateral con el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, algo muy sospechoso en tiempos en que Washington arrecia su hostilidad hacia Venezuela.

Sin ofrecer declaraciones a la prensa Bolsonaro y el almirante Craig Faller firmaron el pacto en la sede del Comando Sur, desde donde se dirigen las operaciones militares de Estados Unidos hacia el Caribe, Centro y Surámerica.

Según el comunicado del portavoz del Ministerio brasileño de Defensa, el acuerdo abre el camino para que Estados Unidos y Brasil desarrollen proyectos conjuntos que incluyen la posibilidad de mejorar e incrementar las capacidades militares del país sudamericano.

La firma del Convenio militar se realizó al día siguiente del encuentro de Bolsonaro con Donald Trump, quienes analizaron la situación en Venezuela y reiteraron su apoyo al opositor Juan Guaidó, reconocido por los gobiernos de Estados Unidos y Brasil como “presidente encargado de Venezuela”.

El jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, un día antes del encuentro entre Trump y Bolsonaro y de la firma del pacto militar entre Estados Unidos y Brasil, fue claro en advertir que la reunión era parte del plan de Washington para crear condiciones que facilitaran la intervención militar en Venezuela.

Analistas de Nuestra América advierten que Washington trata de utilizar a los gobiernos de Brasil y de Colombia en su empeño por derrocar a Nicolás Maduro, con el objetivo estratégico de  recuperar las inmensas riquezas petroleras de Venezuela.

De ahí, opinan también, el apoyo que el gobierno de Estados Unidos brinda a la reelección este mes de Luis Almagro al frente de la Organización de Estados Americanos, la OEA, que desempeñó un papel fundamental en el golpe de estado contra el presidente de Bolivia Evo Morales.

El imperio mueve sus fichas para tratar de consolidar su dominación en el área que siempre consideró su traspatio natural, pero donde la rebeldía de los pueblos le ha opuesto una tenaz resistencia.

La Habana, 9 de marzo de 2020.