CHILE. MILES DE PRESOS QUE LA DICTADURA NIEGA

Chile. La dictadura tiene miles de presas y presos políticos y trata de invisibilizarlos

Por Carlos Aznárez

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Foto: Tania Riquelme, de la Coordinadora por los presos políticos

En Chile, desde que comenzó el levantamiento popular no solo hay constantes ataques represivos por parte de los carabineros, con su saldo de heridos y también muertos, sino que es impresionante la cifra de presos y presas. Son tantos que no se puede aún definir la cantidad. Por un lado, el gobierno reconoce unos 2500, mientras que las organizaciones de derechos humanos señalan que la cifra podría ser mayor aún. Para poder tener más información sobre esta aberración de la dictadura de Piñera, dialogamos con Tania Riquelme, integrante de la Coordinadora por la libertad de los presos políticos «18 de octubre».

-¿Qué actividades hacen y cuál es el objetivo de formar esta Coordinadora?

-En estos momentos más que nada estamos prestando apoyo jurídico y de acopio, que significa juntar mercadería e ir también a ayudar en la necesidad de las familias que están viviendo esta situación. Tuvimos actividades convocando a las familias donde hubieron diversas especialidades, apoyo jurídico, psicológico, médicos.
La Coordinadora surge porque después del estallido social, no solamente en Santiago sino que en todo Chile, no teníamos claro la cantidad de presos existentes. Solo tenemos cifras oficiales que han ido en aumento. Además, no sabíamos en las condiciones que se encontraban la gran mayoría de los detenidos, ni por qué razón habían sido detenidos, en qué contexto los habían tomado y de qué manera nosotros podíamos empezar a ayudar dentro del desconsuelo y la incertidumbre en la que se encontraban muchas familias de estos prisioneros. Ahí, nos empezamos a dar cuenta de que realmente a nivel nacional la cantidad de presos es enorme.

-¿Tenemos una cifra aproximada?

-La cifra oficial que entregó el Gobierno fueron alrededor de 2.500, pero tampoco sabemos si es real o no. Entonces, hoy día hay cifras pero no sabemos, porque hay casos emblemáticos que han sido tomados por la prensa como el profesor que le pegó una patada a un torniquete del metro y que hace poquito salió, pero no salió en libertad, sino con arraigo (no puede salir del país entre otras cosas). También, nosotros vemos que la prisión, que nosotros la definimos como prisión política porque es por un estallido social, tiene relación también con una forma de castigo hacia aquellos que se movilizan en busca de un país totalmente distinto al que estamos viviendo en estos momentos.

-Una forma de disciplinar a partir de la prisión.

-Sí, una forma de disciplinar, pero también una forma de meter miedo, nos dan un mensaje: mira si tu te rebelas, si luchas, lo que te puede pasar. Eso es lo que se está haciendo con muchos jóvenes que tienen 16, 17, 20, 30, años.

-¿En qué prisiones están?

-Acá en Santiago hay algunos que están en la cárcel de mujeres de San Miguel, algunos en el Servicio Nacional del Menor (Sename) y otros que están en Santiago 1 donde se creó un módulo especial para ellos, para los presos generales de la revuelta. Pero, recién ahora, hace muy poco, se empezaron a coordinar en distintos espacios, se están levantando en Arica, Valparaíso, Copiapó, nos llegaron una cifra de alrededor de 100 presos en prisión preventiva. O sea, hay un tema ahí que no es menor, que se viene aplicando hace muchos años atrás. Lo que se está haciendo en Chile no es de ahora, la prisión preventiva se venía aplicando hacia los comuneros mapuches que caían presos y que después les decían que no tenían nada que ver, pero estuvieron cerca de dos años encarcelados.

-¿Ha habido causas judiciales, hay definición de qué se los acusa? ¿Se han iniciado algunas alternativas judiciales, ustedes tiene abogados y abogadas para estos presos?

-Sí, hay defensorías que siempre han estado trabajando con personas o compañeros que han caído por distintas movilizaciones sociales o por otras cosas como los llamados montajes, que preocupan mucho acá en Chile. Ellos también están presos y trabajando ya desde el día uno en toda esta situación, el Centro de Defensa Popular que son la defensoría del caso de los Hermanos Vergara Toledo, está trabajando también una parte de la Defensoría Popular, se volvió a formar el CODEPU, que también fue una instancia que luchó por la defensa de los derechos del pueblo en la dictadura, y han surgido otras instancias de derechos humanos como el PIDE que existió en la dictadura y que hoy día también se ha vuelto a levantar en apoyo a menores víctimas, no solamente de la prisión, sino de la tremenda represión que actualmente seguimos viviendo.

-¿Estos presos han sufrido torturas? ¿Ustedes han constatado eso?

-Todavía no hemos podido constatar eso porque la cantidad de presos que hay no lo permite. Pero, sí sabemos que hay algunos que están en malas condiciones, a algunos le han dado arresto domiciliario y antes de ser detenidos les han disparado perdigones, que sus heridas están infectadas. Pero, sí la mayoría de los presos que han caído en las movilizaciones han sido brutalmente golpeados, porque hay algunos que los están yendo a buscar a sus casas. Ahora ya hay una forma, hay un compañero que cayó porque lo estaban acusando de la quema de un microbus y que lo fueron a buscar a su casa efectivos de civil, sin identificación, allanaron su casa y los sacaron de ahí. Hay otros que han sido detenidos en la trayecto a sus casas, los han agarrado y se los han llevado a distintas comisarías, hay algunos chicos que han vuelto a caer y que han estado en la Comisaría 33, que es donde sí podemos decir que son golpeados, no solamente ahora, anteriormente también.

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-En este mismo aspecto, ¿de dónde sale tanta impunidad para los pacos (carabineros) ? Porque realmente sorprende el nivel de ferocidad que muestran en la calle, tiran siempre a la cara, al cuerpo, y no parecen preocuparse que serán castigados porque nadie los castiga, hay pocos pacos judicializados. ¿Es algo de ahora o siempre se vivió esto con este cuerpo policial?

-Esto se ha vivido siempre, creo que este es el resultado de años. En los 90, era chica y me acuerdo que en Arica un joven que se estaba manifestando recibió una bala en la garganta y lo mató de inmediato, y la prisión, la pena, el castigo, para ese paco fue miserable. Tenemos a Matías Catrileo, Alex Lemún, hemos tenido desaparecidos en el tiempo de los gobiernos de la exConcertación y de la Nueva Mayoría. Entonces, esto no es que se está viviendo hoy día, año 2019, después del 18 de octubre. Tenemos a la fotógrafa Macarena Valdés que nadie sabe quien la mató, y sí sabemos que no se suicidó, tenemos otro dirigente ambientalista que también apareció colgado en una reja en Valparaíso y también sabemos que no fue que se suicidó, porque así mismo fue dejada una chica después de la revuelta en La Victoria.
Entonces, esto no es de ahora, lo que pasa es que ahora se muestra que en este país nunca ha habido justicia. La deshumanización de las fuerzas policiales es de manera permanente, está latente, la vivimos siempre quienes estamos en la calle de manera permanente. Tiene que ver también con la falta de justicia, la impunidad con que hoy día siguen algunos en la calle que cometieron crímenes atroces durante la Dictadura, Esto es algo permanente aquí en Chile, y en los países de Latinoamérica.

-¿Cómo crees que va a seguir esta revuelta popular? ¿qué es lo que se quiere conseguir finalmente con este levantamiento tan masivo que tiene tantos matices?

-Creo que lo que se quiere conseguir es dignidad, absolutamente. Creo que después de muchos años quienes vivimos en este país y nacimos acá, nos dimos cuenta de que somos seres humanos, a diferencia de lo que siempre creímos, que solo teníamos que trabajar, trabajar y trabajar, y daba lo mismo. Creo que hoy día se rompió con la cultura del consumismo, de creerse algo que uno no es, de creerse una clase media. Pese a que no hemos conseguido cosas tangibles, siento que actualmente la subjetividad de los habitantes de este país cambió, dio un vuelco hacia un Chile más solidario, hacia un conocerse, autoconocerse, hacia un no sentir miedo o vergüenza de lo que uno vive realmente día a día. Eso nos ha empoderado para seguir luchando, quizás las cosas han decaído un poco, pero Chile cambió, ya no es el mismo de antes de el 18 de octubre del 2019. Vamos a seguir en las calles, lo hemos demostrado, porque, pese a lo que muchos decían, los chilenos somos un pueblo luchador, siempre lo hemos sido, solo estábamos dormidos, y creo que hoy día lo hemos demostrado.