Por Patricio Montesinos
Ya era hora. Con la victoria electoral y la reelección de Evo Morales como presidente de Bolivia acaba de comenzar otro fin de ciclo de la derecha represora y el neoliberalismo salvaje imperante en la Patria Grande desde hace varios años.
El indiscutible triunfo de Evo en los comicios celebrados en esa nación Andina el pasado 20 de octubre reabre un nuevo sendero de esperanzas hacia un cambio en la correlación de fuerzas en favor del progresismo en Nuestra América.
Por esa razón, la derecha regional y el bien bautizado ministerio de colonias de Washington, dígase la Organización de Estados Americanos (OEA), han hecho lo imposible por impedir que el hoy mandatario boliviano fuera reelegido para otro mandato, hasta el 2025.
La OEA y su cabecilla Luis Almagro, saben muy bien que la victoria del Gran Jefe Indio de la Patria Grande en Bolivia es un golazo al conservadurismo, que puede igualarse en las elecciones en Argentina y Uruguay del próximo domingo, y producirse el muy mencionado “efecto dominó”.
Más, en momentos en que los regímenes derechistas en Latinoamérica están temblando por la aplicación de las siempre fracasadas recetas antisociales del Fondo Monetario Internacional (FMI), los consejos violentos de la actual administración de EE.UU, la represión, la corrupción desmedida y el engaño continuo a los pueblos.
No es para nada desconocido que Chile, Ecuador, Brasil, Argentina, Honduras, Colombia y Perú viven verdaderos terremotos populares, que terminarán por dar al traste con los gobiernos ultraconservadores de turno.
En ningún caso los gobernantes neoliberales de esas naciones han resuelto los graves problemas socioeconómicos que enfrentan sus compatriotas, sino todo lo contrario, han empobrecido más a los pobres, y a las clases medias, en beneficio de unos pocos ricos ladrones de cuello blanco.
Han vendido sus países al mejor postor, por supuesto a Washington, asesinan a líderes sociales y campesinos, disparan sin piedad contra manifestaciones, apresan, torturan, sacan los tanques a las calles, y luego dicen, sin escrúpulo alguno, que son “demócratas” y “respetan” los derechos humanos.
Es una vieja y tenebrosa película, que recuerda las dictaduras sangrientas del pasado siglo en Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, y que los pueblos no quieren se vuelva a repetir.Felicitaciones Evo por reabrir el camino hacia las …”grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor», sí, las del inolvidable Salvador Allende, y también, claro, por su nuevo cumpleaños este 26 de octubre. 2 archivos adjuntos