“Fue un asesinato en masa”, dijo el comisionado Christopher Gioia en una entrevista.
El 24 de julio último los comisionados de los bomberos de Franklin Square y el distrito de Munson, cerca de Queens, en Nueva York, adoptaron unánimemente una resolución que pide una nueva investigación sobre todos los aspectos del 11 de septiembre y citan las “pruebas abrumadoras” de la presencia de explosivos en las tres torres antes del 11 de septiembre. La resolución establece que los comisionados del consejo de bomberos de distrito “apoyan plenamente una investigación completa por parte del gran jurado federal y el procesamiento de todos los crímenes relacionados con los atentados del 11 de septiembre”.
El informe consigna que «evidencia abrumadora (..) pre-plantó explosivos (..) causó la destrucción de los tres edificios del World Trade Center».
El comisionado Christopher Gioia dijo a los medios que “Fue un asesinato en masa, tres mil personas fueron asesinadas a sangre fría”. En esa cifra se contabilizan más 202 bomberos y más de 500 otros ciudadanos entre personal de emergencia y efectivos de seguridad y de la policía. Agregó Gioia de modo enfático que: “No vamos a dejar a nuestros hermanos atrás, no los olvidamos. Ellos merecen justicia y nosotros lucharemos por ella”.
La resolución de los bomberos del distrito de Munson no es la única que se ha aprobado en las últimas semanas. En marzo AE911Truth presentó una demanda federal contra el FBI. Alegan que no evaluó las pruebas del 11 de septiembre de las que tenía conocimiento, ya que no fueron examinadas por la Comisión el 11 de Septiembre.
El progreso más significativo se logró el 3 de septiembre último con la publicación del estudio sobre el Edificio 7 por parte de la Universidad de Alaska Fairbanks (http://ine.uaf.edu/wtc7).
La resolución, redactada y presentada por el Comisionado Christopher Gioia, fue aprobada por unanimidad por los cinco comisionados de la ciudad.
En lo que sigue leamos un extracto de los resultados de la rigurosa e interesante investigación que sobre la tragedia del 11S hizo el investigador francés Laurent Guyénot , ingeniero de la Escuela Nacional de Alta Tecnología (1982), historiador medievalista (doctor en Estudios Medievales de París IV-Sorbona, 2009), específicamente aquellas pesquisas referidas a los señalamientos al Mossad israelí de estar implicado en ese atroz atentado terrorista.
Guyénot se dedica desde hace tres años a estudiar la historia profunda de los Estados Unidos, país donde vivió durante cinco años.
11 de septiembre: ¿Una operación que se organizó desde adentro o una operación del Mosad?
El papel que jugó Israel en los trágicos sucesos del 11 de septiembre de 2001 –hechos determinantes que moldearon la geopolítica del siglo XXI– ha sido objeto de ácidas controversias, para convertirse más tarde en un tema tabú en el seno mismo del Movimiento por la Verdad sobre el 11 de Septiembre (9/11 Truth Movement). Por tocar este tema el investigador francés Thierry Meyssan fue marginalizado, a pesar que fue este quien desenmascaró las mentiras de Washington. La mayoría de las asociaciones militantes, movilizadas bajo el lema «9/11 was an Inside Job» (El 11 de septiembre una operación que se organizó desde adentro), mantienen gran discreción en cuanto a los elementos que prueban y conducen a una implicación directa de los servicios secretos de Israel. Nuestro colega Laurent Guyénot pasa en revista varios datos tan incuestionables como desconocidos y analiza los mecanismos de aquellos que continúan a negar las evidencias.
Por: Laurent Guyénot
Mientras se va conociendo poco a poco el papel jugado por Israel en la desestabilización del mundo posteriormente al 11 de septiembre 2001, se entiende entonces mejor, la idea de que una facción del Likud, ayudados por sus aliados infiltrados en el seno del aparato de Estado de los EE.UU., sean los responsables de la operación de bandera falsa del 11 de septiembre, entonces la idea cuaja, esto se vuelve creíble y contundente, e incluso hay algunas personas que tuvieron el coraje de denunciar esto públicamente. Uno de ellos fue Francesco Cossiga, presidente de Italia entre 1985 y 1992, quien dijo el 30 de noviembre de 2007, en el diario Corriere della Sera: «Nos quieren hacer creer que Bin Laden confesó ser el autor del atentado del 11 de septiembre de 2001 sobre las torres gemelas de Nueva York —a pesar que los servicios de inteligencia de EE.UU. y europeos sabían muy bien que el desastroso ataque fue planeado y ejecutado por la CIA y el Mossad con el fin de acusar a los países árabes de terrorismo y para poder atacar a Irak y Afganistán». [1]
Alan Sabrosky, ex profesor de la Escuela Superior de Guerra del Ejército de EE.UU. y de la Academia Militar de EE.UU., no dudó un solo momento en proclamar su convicción de que el 11 de septiembre es una «operación clásica orquestada por el Mosad», operación llevada a cabo con la complicidad dentro del gobierno estadounidense. La voz de Alan Sabrosky suena, repercute y se transmite con fuerza dentro de los círculos de los veteranos del Ejército de EE.UU., quienes están asqueados por las infames guerras a las cuales se ven implicados y deben cumplir, todo esto a causa de una mentira, la mentira del 11 de septiembre o como fueron también las mentiras de las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein, es decir mentiras y más mentiras. [2]
Los argumentos a favor de la hipótesis de una implicación del Mosad no se debe a la reputación [propaganda que goza] como servicio secreto más «poderoso» del mundo, sino más bien a un informe del propio U.S. Army School for Advanced Military Studies — Escuela de Altos Estudios Militares de EEUU— (citado por el diario Washington Times poco antes del 11 de septiembre), que describe al Mosad como siendo algo «Cínico, solapado, despiadado y astuto. Capaz de llevar a cabo un ataque contra las mismas fuerzas estadounidenses y disfrazarlo como un acto cometido por palestinos / árabes». [3]
La implicación del Mosad, junto con otras unidades de elite israelíes, son cosas reales y evidentes por una serie de hechos poco conocidos.
El libro en formato digital del autor Hicham Hamza, «Israel y el 11 de septiembre: el Gran Tabú» (2013) recopila la totalidad de los archivos así como otros datos del informe policial estadounidense que apunta y pone en causa la responsabilidad de Israel. Esta investigación está escrita con un rigor periodístico irreprochable, además las fuentes del libro son de acceso simple para el lector.
Los «israelíes bailarines»
¿Sabe por ejemplo, que las únicas personas que fueron detenidas el mismo día en relación con los ataques terroristas del 11 de septiembre 2001 son todos israelíes? [4] La información fue dada a conocer al día siguiente por el periodista Paulo Lima en el diario The Record, cotidiano del condado de Bergen en el Nueva Jersey, informaciones basándose en fuentes policiales estadounidenses locales.
Inmediatamente después del primer impacto en la Torre Norte, tres individuos fueron vistos por varios testigos [habitantes del condado] subidos en el techo de una camioneta estacionada en el Liberty State Park en Jersey City, estos individuos «se regocijaban» (celebrating) «saltando de alegría» (jumping up and down), y se fotografiaban con las torres gemelas atrás en fuego. Luego trasladaron su camioneta a otro parking situado en Jersey City, donde otros testigos los volvieron a ver festejando y celebrando de manera ostentosa [los ataques terroristas].
La policía lanzó de inmediato una alerta BOLO (be-on-the-look-out): «Vehículo posiblemente relacionado con el ataque terrorista en Nueva York. Camioneta Chevrolet modelo 2000, color blanco, con placa de New Jersey y un logo de Urban Moving Systems en la parte trasera de la camioneta, la cual fue vista en el Liberty State Park, Jersey City, NJ, en el momento del primer impacto del avión contra las Torres Gemelas del WTC (World Trade Center). Tres individuos en la camioneta fueron vistos celebrando y regocijándose después del impacto inicial y la explosión que siguió». [5].
La camioneta fue interceptada y detenida por la policía unas horas más tarde, a bordo iban cinco jóvenes israelíes: Sivan y Paul Kurzberg, Yaron Shmuel, Oded Ellner y Omer Marmari. Forzados de salir del vehículo físicamente y obligados de acostarse en el suelo, el conductor, Sivan Kurzberg, lanzó entonces esta enigmática frase: «Somos israelíes. No somos su problema. Sus problemas son nuestros problemas. Los palestinos son el problema». [6].
Las fuentes policiales que dieron informaciones y otros detalles al periodista Paulo Lima estaban convencidos de la implicación de estos israelíes en los ataques que ocurrieron en la mañana contra las Torres Gemelas: «Tenían mapas de la ciudad en la camioneta y en donde habían marcado algunos puntos importantes. Parecía como si supieran todo lo que iba a pasar […] daban la impresión que estaban al corriente de los sucesos cuando se encontraban en el Liberty State Park». [7]
Se encontró además que estos jóvenes israelíes llevaban consigo diversos pasaportes de varias nacionalidades, casi 6.000 dólares en efectivo y billetes de avión abiertos (open) para viajar al extranjero. Los hermanos Kurzberg fueron identificados formalmente como agentes [espías] del Mosad. Los cinco israelíes trabajaban oficialmente para una empresa de mudanzas llamada Urban Moving Systems, cuyos empleados eran en su mayoría israelíes. «Yo estaba llorando. Y estos cinco tipos estaban bromeando y jactándose [de los ataques] y eso me molestaba y perturbaba mucho» [8], confiesa al diario The Record uno de los pocos trabajadores no israelíes de la empresa de mudanzas. El 14 de septiembre, después de recibir la visita de la policía, el dueño de la empresa de mudanzas, Dominik Otto Suter, abandonaba rápidamente el país [los Estados Unidos] con destino a Tel Aviv.
La información divulgada por el diario The Record, información confirmada por el informe de la policía, fue retomada por los sitios de investigación como el Informe Wayne Madsen Report (14 de septiembre de 2005) y Counterpunch (7 febrero 2007). Dicha información fue también utilizada por algunos grandes medios de comunicación, pero de una manera que minimizaba su importancia: el New York Times (21 de noviembre 2001) omitió de mencionar la nacionalidad de las personas arrestadas, al igual que el canal Fox News y la agencia de noticias Associated Press. El diario Washington Post (23 noviembre 2001) aunque dijo que eran israelíes no mencionó nada acerca del conocimiento [o implicación] que tenían estos israelíes sobre los trágicos sucesos. En cambio, la revista The Forward (15 de marzo 2002), publicación de la comunidad judía de Nueva York, reveló, citando una fuente anónima de la inteligencia de EE.UU., que la empresa de mudanzas Urban Moving Systems era la cobertura de una antena del Mosad (hecho que no le impidió recibir un préstamo federal de 498,750 dólares), como lo demuestra los registros y archivos del impuesto y fisco estadounidense. [9]
El FBI ordenó una investigación sobre este caso, investigación que quedó plasmada en un informe de 579 páginas, investigación parcialmente desclasificada en 2005… El periodista independiente Hisham Hamza — que analiza este informe en detalle en su libro Israel y el 11 de septiembre: Un Gran Tabú (publicado en francés)—, demuestra de manera fehaciente y abrumadora, con una serie de elementos, la implicación de los servicios secretos de Israel en los atentados del 11 de septiembre de 2001. En primer lugar, las fotos que se tomaron estos jóvenes israelíes muestran actitudes de celebración y festejo delante de la Torre Norte en llamas: «Están contentos y sonriendo, se abrazan y se dan palmadas en sus manos».
Para explicar este comportamiento, los sospechosos israelíes dijeron [a la policía] que estaban simplemente encantados de saber que «en adelante los Estados Unidos deberían tomar drásticas medidas para luchar contra el terrorismo en el mundo»… Un testigo los vio a estos jóvenes posicionados ya a las 8:00 de la mañana, es decir mucho antes que el primer avión choque con la primera torre, tomando fotos justo cinco minutos después del primer crash aéreo con la torre, hecho confirmado al verificarse el contenido de sus cámaras fotográficas y las fotos tomadas….
Finalmente, «un perro policía, amaestrado para detectar con su olfato explosivos dio un resultado positivo de presencia de trazas de substancias explosivas en el vehículo de los israelíes». [10]
Omer Marmari, Oded Ellner y Yaron Shmuel, tres de los cinco «bailarines israelíes» fueron invitados a testimoniar en una emisión TV hebrea cuando regresaron a Israel en noviembre de 2001. Negando ser miembros del Mosad, uno de ellos dijo con franqueza: «Nuestro objetivo era grabar el evento»
Si los israelíes no hubiesen sido detenidos al atardecer, esta historia probablemente se habría transformado en algo sensacional y hubiese sido publicada en las primeras páginas de los diarios estadounidenses con el título: The Dancing Arabs (El Baile de los Árabes), es decir acusando directamente a los árabes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. En lugar de esto, la historia fue pasada bajo silencio y no circuló que confidencialmente bajo el título The dancing Israelis, o The highfivers.
Ehud Barak, ex jefe de la inteligencia militar israelí (Sayeret Matkal) fue Primer Ministro de Israel entre julio de 1999 y marzo de 2001. Sustituido por Ariel Sharon, se trasladó entonces a los Estados Unidos como consultor de Electronic Data Systems y para SCP Partners, una empresa pantalla [cobertura] del Mosad especializada en temas de seguridad que conjuntamente con sus socios de Holdings Metallurg y Advanced Metallurgical, tenían la capacidad de producir nano-termita. SCP Partners tenía una oficina a tan sólo 10 kilómetros de la empresa de mudanzas Urban Moving Systems. Tan solo una hora después de la desintegración de las torres, Ehud Barak aparece en las pantallas del canal BBC Mundo para señalar a Bin Laden como el principal sospechoso (Bollyn, Solving 9/11, páginas 278-280).
200 espías expertos en explosivos
Pocas personas, incluso entre los investigadores de la asociación norteamericana 9/11 Truthers, conocían esta historia de los «israelíes bailarines» (todavía estamos esperando, por ejemplo, que la asociación francesa Reopen 9/11 hable de esta historia en su sitio web francés, a pesar que son fuertes sobre el tema, —tienen miedo que los acusen de antisemitas, sin embargo es algo que no tiene nada que ver con el tema del 11/S —). Pocas personas saben también que en el momento de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la policía federal de los EEUU estaba muy ocupada desmantelando la mayor red de espionaje israelí identificada y operando en territorio estadounidense.
En marzo de 2001, el National Counter Intelligence Center (NCIX) publicó este mensaje en su sitio web: «Durante las últimas seis semanas, empleados de las oficinas federales ubicadas en diferentes lugares de los Estados Unidos han informado acerca de actividades sospechosas relacionadas con individuos que se presentan como siendo estudiantes extranjeros vendiendo o encargados de entregar obras de arte». El NCIC indica que estas personas son ciudadanos de Israel, «también se han presentando a los domicilios privados de los funcionarios federales con el pretexto de vender objetos de arte». [11]
Luego, más tarde, en el verano, la Drug Enforcement Agency (DEA) (la Agencia de Control de Drogas en EEUU), después de haber estado bajo el acoso y hostigamiento de un gran número de incidentes de este tipo, elaboró un informe que fue publicado parcialmente por el diario Washington Post el 23 de noviembre de 2001 y por el diario francés Le Monde el 14 de marzo 2002, antes que dicho informe sea completamente accesible, en su totalidad, por la revista francesa Inteligencia Online. Este informe nos dice que 140 israelíes [espías] han sido detenidos [en los EEUU] desde marzo de 2001. Sus edades son entre los 20 y 30 años, estos [espías] están organizados en equipos de 4 a 8 miembros, estos agentes visitaron por lo menos «36 dependencias sensibles del Departamento de Defensa». Muchos de ellos fueron identificados como miembros del Mosad y del Aman (la inteligencia militar israelí), y seis de [los espías] tenían en su posesión teléfonos celulares que habían sido comprados [pagados] por un ex-vice cónsul israelí trabajando en los EEUU. Después del 11 de septiembre 2001, sesenta otros espías israelíes fueron capturados, llegando a un total de 200 el número de espías israelíes detenidos por los EEUU. Al final, todos fueron puestos en libertad. El informe de la DEA llegó a la conclusión que «el comportamiento y conducta de estos individuos […] nos lleva a pensar que sus acciones tienen que ver con una tarea de recopilación de datos o de información de inteligencia». [12] Pero la naturaleza exacta de dicha información recopilada se desconoce.
Michael Chertoff, un ciudadano israelí-estadounidense, hijo de un rabino ortodoxo y de una fundadora del Mosad. Michael Chertoff dirigió la División Criminal del Departamento de Justicia [de EEUU] en 2001 [administración Bush], y con ese máximo cargo, fue responsable de la retención y destrucción de todas las pruebas con respecto al 11 de septiembre 2001 —sean estas las grabaciones de las cámaras de seguridad que rodean al edificio del Pentágono o con respecto a las vigas de acero del World Trade Center [es decir, si se hubiesen conservado las vigas de acero del WTC después de su destrucción, se hubiese podido determinar científicamente si estas habían cortadas por la acción de la termita, explosivo para la demolición de edificios]. Es también gracias a él que los «bailarines israelíes» pudieron salir de los EEUU sin mayor acusación y de manera discreta. En 2003, fue nombrado para encabezar el nuevo Department of Homeland Security (Departamento de Seguridad Nacional) órgano encargado de la lucha contra-terrorismo en el territorio de EE.UU., puesto que le permite a la vez controlar la disidencia interna [protestas y ciudadanos que reclaman que se respeto la Constitución], por otro lado restringe el acceso al archivo estatal del 11 de septiembre a todo curioso que se interroga de las cosas anormales e inexplicables que ocurrieron en esa fecha gracias a la ley Sensitive Security Information.
Según el informe de la DEA, «La localidad de Hollywood en Florida [cuidado no confundir con Hollywood, ciudad del cine en California] parece ser el punto central y de atracción de estos agentes» [13]. De hecho, más de treinta de estos falsos estudiantes-espías israelíes detenidos poco antes del 11 de septiembre 2001 vivían en Hollywood o cerca de este pueblo en Florida, curiosamente en el mismo lugar donde se habían reunido 15 de los 19 futuros y presuntos secuestradores piratas islámicos de los aviones que se estrellaron contra las Torres Gemelas (9 israelíes vivían en Hollywood y 6 muy cerca de este pueblo). Uno de ellos, llamado Hanan Serfaty, por cuya cuenta bancaria transitó por lo menos 100,000 dólares en tres meses, había alquilado dos apartamentos en Hollywood, uno cerquísima del apartamento alquilado por Mohamed Atta y de su buzón postal en la Oficina de Correos del pueblo. No olvidar que Mohammed Atta fue presentado por Washington como siendo el líder de la banda de piratas aéreos suicidas, que se inmolaron en las Torres Gemelas.
La interrogante es: ¿cuál es la relación entre estos “espías israelíes” y los “terroristas islámicos?”
Según la explicación difundida en apuros por los medios de comunicación alineados con la versión oficial de Washington, decía que los primeros sólo hacían que vigilar a los segundos. Escuchemos por ejemplo al conocido periodista francés David Pujadas [el periodista en Francia que el gobierno siempre promueve en primera línea en el combate mediático]. Pujadas en el noticiero del 5 de marzo de 2002 del canal de televisión estatal France 2, al momento de comentar la información publicada por Intelligence Online dice: «Otra vez, se trata de Israel, pero concerniente al Afganistán ahora, este caso de espionaje que perturba: una red israelí ha sido desmantelada en los Estados Unidos, más exactamente en Florida: una de sus misiones habría sido hacer un seguimiento de los hombres de Al Qaida (esto era antes del 11 de septiembre). Algunas fuentes van más lejos: indicando que el Mosad no habría proporcionado toda la información que retenía en su poder».
Esta explicación eufemística [14] es un buen ejemplo del damage control (controlando los daños mediáticos, es decir tratar de contrarrestar el colaborador informador del Mosad, infiltrado en la resistencia palestina y en el Hezbollah libanés desde 1983. Actualmente se encuentra en prisión en el Líbano. Recordemos también que el Mohamed Atta de Florida [él que estudió para piloto] era uno falso. El verdadero Mohamed Atta, quien telefoneó a su padre al día siguiente de los ataques (como lo confirmó Ziad al-Jarrah a la revista alemana Bild am Sonntag a finales del año 2002), es descrito por su familia como reservado, piadoso, evitando las mujeres y teniendo miedo de viajar en avión.
Le habían robado su pasaporte en 1999, mientras estudiaba arquitectura en Hamburgo [Alemania]. El falso Mohamed Atta de Florida vivía con una bailarina de striptease, comía carne de cerdo, le gustaba los coches de lujo y de sport, los casinos y la cocaína. Según informó el diario South Florida Sun-Sentinel el 16 de septiembre 2001 (bajo el titular: «Suspects’ Actions Don’t Add Up» («El comportamiento de los sospechosos no concuerdan con la versión oficial»), información confirmada por muchos periódicos regionales [de EEUU], ese Atta es un notorio borracho, drogadicto y paga los servicios de varias prostitutas a la semana. Días antes de los ataques del 11 de septiembre 2001, el falso Atta, y cuatro otros piratas suicidas tuvieron un comportamiento similar, algo incompatible con el comportamiento de fanáticos religiosos islámicos preparándose para inmolarse. [15][1] Ver: artículo original en italiano: «Demystifying 9/11: Israel and the Tactics of Mistake», («Desmitificar el 11/9: Israel y la táctica del error»).
[1] Ver: artículo original en italiano: «Demystifying 9/11: Israel and the Tactics of Mistake», («Desmitificar el 11/9: Israel y la táctica del error»).
[2] “Wildcard. Ruthless and cunning. Has capability to target U.S. forces and make it look like a Palestinian/Arab act” (Comodín. Despiadado y astuto. Tiene capacidad de atacar a las fuerzas estadounidenses y hacer que se vea como un acto palestino / árabe) de Rowan Scarborough, U.S. troops would enforce peace Under Army study», (las tropas estadounidenses para imponer la paz. Un estudio del Ejército), diario The Washington Times, 10 de septiembre de 2001).
[3] Además del libro del autor Hicham Hamza y aquel escrito por Christopher Bollyn, consultar igualmente el archivo de Justin Raimondo, The Terror Enigma : 9/11 and the Israeli Connection (El Enigma Terror: 9/11 y la conexión israelí, editorial Universal, 2003). También existe un artículo interesante de Christopher Ketcham, «What Did Israel Know in Advance of the 9/11 Attacks?» («¿Qué hizo Israel sabiendo de antemano de los ataques del 9/ 11?»), fuente: CounterPunch, 2007, vol . 14, p. 1-10.) .
[4] «Vehicle possibly related to New York terrorist attack. White, 2000 Chevrolet van with New Jersey registration with ’Urban Moving Systems’ sign on back seen at Liberty State Park, Jersey City, NJ, at the time of first impact of jetliner into World Trade Center. Three individuals with van were seen celebrating after initial impact and subsequent explosion» (Raimondo, The Terror Enigma, página xi).
[5] «We are Israelis. We are not your problem. Your problems are our problems. The Palestinians are your problem» (Hicham Hamza, Le Grand Tabou, capítulo. 2).
[6] «There are maps of the city in the car with certain places highlighted. It looked like they’re hooked in with this. It looked like they knew what was going to happen when they were at Liberty State Park» (Raimondo, The Terror Enigma, página xi).
[7] «I was in tears. These guys were joking and that bothered me» (Raimondo, The Terror Enigma, página 19). Hamza, Le Grand Tabou, capítulo 2.
[8] «They smiled, they hugged each other and they appeared to ‘high five’ one another» ; «the United States will take steps to stop terrorism in the world» ; « Give us twenty years and we’ll take over your media and destroy your country» ; «an individual in South America with authentic ties to Islamic militants in the middle east» ; «The vehicule was also searched by a trained bomb-sniffing dog which yielded a positive result for the presence of explosive traces» (Hamza, Le Grand Tabou, capítulo 2).
[9] «that the FBI no longer has any investigative interests in the detainees and they should proceed with the appropriate immigration proceedings» (Hamza, Le Grand Tabou, capítulo 2).
[10] “Our purpose was to document the event” (voir sur Youtube, «Dancing Israelis Our purpose was to document the event»).
[11] «In the past six weeks, employees in federal office buildings located throughout the United States have reported suspicious activities connected with individuals representing themselves as foreign students selling or delivering artwork.” “these individuals have also gone to the private residences of senior federal officials under the guise of selling art.». El informe completo de la DEA se encuentra en su sitio web.
[12] “The nature of the individuals’ conducts […] leads us to believe the incidents may well be an organized intelligence gathering activity” (Raimondo, The Terror Enigma, página x).
[13] “The Hollywood, Florida, area seems to be a central point for these individuals” (Raimondo, The Terror Enigma , página 3).
[14] De eufemismo: Palabra o expresión con que se sustituye a otra más grosera, impertinente, violenta o que se considera tabú, citado en WordReference.
[15] David Ray Griffin, 9/11 Contradictions, Arris Books, 2008, páginas 142-156, citando al Daily Mail, al diario Boston Herald, al diario San Francisco Chronicle y al diario Wall Street Journal.).