LOS VÍNCULOS DE GUAIDÓ CON LAS MAFIAS

Guaidó, la narcopolítica y la invisibilización mediática

Victoria Korn. Rebelión / CLAE

Dirigentes políticos, directivos de medios, periodistas y blogueros opositores quedaron en medio de una inquietante crisis tras la difusión viral de las fotografías y el video del autoproclamado
presidente Juan Guaidó con dos peligrosos cabecillas de la banda narcoparamilitar colombiana
Los Rastrojos, que lo escoltó en su ingreso a Colombia el 22 de febrero último, presuntamente por pedido del gobierno colombiano.

Guaidó, quien había asegurado no saber quiénes eran las personas con las que se estaba
fotografiando fue duramente cuestionado por partidarios de la oposición, quienes dudan de su
ingenuidad, sobre todo porque en las imágenes uno de los identificados como líder de la
agrupación paramilitar porta un armamento en la cintura.

El Presidente Nicolás Maduro hizo referencia a los hechos del pasado 23 de febrero, momento en
que Guaidó apareció en Colombia, pese a medidas cautelares que le prohibían salir de Venezuela.

“Tremendo bandido, tremendo criminal, que ha elegido el gobierno de los Estados Unidos para
ser el líder de la oposición. Tengo la seguridad de que fue Álvaro Uribe Vélez quien dio la orden a
Los Rastrojos de prestar ayuda y seguridad a Juan Guaidó. Más temprano que tarde te llegará la
justicia”, acotó.

Mientras El País titulaba “Las polémicas fotos de Juan Guaidó con Los Rastrojos en la frontera, el
líder opositor colombiano Gustavo Petro señalaba que “si un senador de la República de Colombia estuviera en una foto así, sería de inmediato procesado por la Corte Suprema de Justicia”. En las
redes venezolanas, el filósofo e influencer opositor Erick Del Bufalo tuiteó que una persona con la apariencia del líder de Los Rastrojos debe tener “mínimo 10 muertos encima”.

Francesco Manetto, corresponsal de El País español en Colombia, destacó que las fotos “son
suficientes para levantar sospechas muy graves” sobre los posibles vínculos de Guaidó con grupos paramilitares y narcotraficantes.

Por supuesto que la mayor responsabilidad de la explicación de las fotos la tenía en este caso el
empresario mediático Alberto Federico Ravell, en su condición de “ministro de información” de
Guaidó. Tras no hallar justificativo, optó por la excusa de la popularidad extrema de Guaidó, un
tipo tan carismático que miles de personas pugnan por hacerse fotos con él, inclusive algunos
delincuentes de alta estofa, como John Jairo Durán Contreras, apodado “el Costeño” o “el Menor” y Albeiro Lobo Quintero, alias “el Brother”.

Si las fotos podrían servir para explicar una ingenuidad de Guaidó, al sacarse selfies con
“cualquiera”, el video no dejó ninguna duda, pues muestra el cruce del puente hacia Colombia
rodeado exclusivamente por narcos y algunos de sus ayudantes.

Quizá ese verso de la ingenuidad es lo que la audiencia opositora quiere oír, dispuesta a aceptar
hasta las historias más inverosímiles, siempre que refuercen las creencias y los puntos de vista
cristalizados es la base sociológica del fenómeno de la posverdad que funciona, en este caso, a
favor del liderazgo de la derecha, señala Clodovaldo Hernández.

Desde Bogotá, el seudoembajador de Guaidó Humberto Calderón Berti fue el encargado de dar la explicación, con aire de diplomático conservador del siglo pasado, acerca de que los grandes
líderes no pueden solicitar antecedentes penales a todo aquel que quiera tomarse una foto.

Varias horas después y por orden de los laboratorios de comunicación, el propio Guaidó quiso
pasar a la ofensiva al señalar que la gente no debe preguntarse por qué él se fotografió con los
paracos, sino mediante qué conexiones criminales llegaron esas fotos a manos del gobierno venezolano.

Al esfuerzo por sacar a Guaidó del pantano se sumaron el presidente colombiano, Iván Duque, el
expresidente Andrés Pastrana y otras figuras de la misma laya.

El primero -a quien el escándalo lo involucra directamente ante evidencias de que su gobierno
realizó una operación con esta banda criminal para trasladar a Guidó al lado colombiano -lo llamó héroe y titán, al margen de con quién aparezca en fotos; el segundo lanzó la tesis de que Guaidó le tendieron una trampa.

El escándalo de las fotos con los narcoparacos trató de ser invisibilizado por las agencias
trasnacionales de noticias y las televisoras cartelizadas. Los medios colombianos usaron epítetos asépticos, descafeinados como “incómodas” o “polémicas” y un arsenal de presuntos y
supuestos, que quieren invisibilizar la realidad, lo evidente.

Deliberadamente se oculta que las fotos fueron difundidas por Wilfredo Cañizares, un activista
colombiano de derechos humanos que ya ha denunciado las actividades criminales de los
Rastrojos, entre las que se incluyen las terribles casas de pique, lugares donde la organización
delictiva descuartiza personas.

Los laboratorios de faknews trabajan en un escándalo alternativo que minimice o haga olvidar el
de Guaidó. Estas revelaciones confirman que los líderes de la derecha venezolana no sólo no
experimentan ningún escrúpulo en conspirar contra su país con gobiernos extranjeros e instancias multilaterales completamente desprestigiadas, sino que además basan sus operaciones en una
red de complicidad con grupos criminales y sus cabecillas confesos sin que les represente algún
inconveniente ético la gravedad de los ilícitos perpetrados por éstos, señaló un editorial del diario mexicano La Jornada.

Queda pues demostrada por enésima ocasión la bancarrota moral de la derecha venezolana o,
cuando menos, del sector de la derecha elegido por Estados Unidos y sus gobiernos satélite en la
región para desestabilizar al gobierno legítimo de Venezuela e impulsar una salida violenta a la
crisis que atraviesa la nación caribeña, añadió

* Victoria Korn es Periodista venezolana asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)  https://www.rebelion.org/noticia.php?id=260498ResponderResponder a todosReenviar