Por Yadira Cruz Valera *
Caracas, (Prensa Latina) Cuando el periodista y escritor colombiano Hernando Calvo Ospina presentó en 2017 su documental Venezuela, la oscura causa, denunció las intenciones de Estados Unidos de preparar condiciones para una intervención militar con base en mentiras y apoyo mediático.
‘La oscura causa que motiva a los imperialistas no es otra cosa que el petróleo’, aseveró entonces al explicar las razones para realizar el audiovisual de 38 minutos, donde mostró al mundo el verdadero peligro que acecha a la Revolución bolivariana.
Tres años después, la realidad de la nación suramericana confirma sus teorías y mantiene la vigencia del material, donde estudiosos venezolanos, con un lenguaje sencillo y didáctico, cuentan la historia de esa Venezuela diferente, tergiversada y oculta por los grandes consorcios de la comunicación.
Una profunda investigación que indaga en el determinante peso del petróleo en el asedio económico y político contra esta nación, víctima desde 2014 de un conjunto de medidas coercitivas unilaterales por parte del gobierno de los Estados Unidos.
Sanciones, derivadas en un bloqueo económico que limita, además, la capacidad del Estado para realizar importaciones sensibles de medicamentos, el uso de la banca internacional para operaciones comerciales diversas, y más recientemente, afectó el control del Gobierno sobre sus activos energéticos y financieros en el extranjero.
Dichas acciones persiguen el socavamiento de la sociedad y el debilitamiento de la soberanía del país, en el marco de una estrategia de cambio de régimen para desplazar del poder al presidente Nicolás Maduro, electo por más de seis millones de votos el 20 de mayo de 2018.
A propósito del recrudecimiento de las sanciones, Prensa Latina entrevistó -vía internet- al escritor y realizador colombiano radicado en Francia, especialista en política geoestratégica de Estados Unidos en América Latina.
DESCONFIGURACIÃ’N DE LA GEOESTRATEGIA HEMISFÉRICA
‘A Washington no le importa si una nación se declara socialista, le preocupa que un país del llamado tercer mundo se le salga de las manos y se convierta en mal ejemplo’, fueron las primeras palabras de Calvo Ospina al explicar la compleja situación que atraviesa esta nación.
En su opinión, existen tres grandes momentos cuando los países latinoamericanos le ‘desorganizaron el patio trasero’ a Estados Unidos y desconfiguraron su geoestrategia hemisférica de poder: la Revolución cubana (1959), el proceso sandinista de Nicaragua (1979), y el ascenso al poder en Venezuela del líder bolivariano Hugo Chávez (1999).
Por eso el gobierno estadounidense aplica en la tierra del Libertador Simón Bolívar las mismas medidas coercitivas, a veces ni adaptadas al momento histórico ni geopolítico mundial, puntualizó.
‘Parece que no tuvieran una lectura de lo que sucede en el mundo, pues al parecer creen que con su capacidad militar y presiones económicas pueden lograr todo’, estimó.
‘Siempre es el mismo guión’, aseguró el entrevistado, conocedor de los intríngulis de la política norteamericana en la región y autor de varios libros como Colombia, laboratorio de embrujos, Democracia y terrorismo de Estado, y los ensayos ¿Disidentes o Mercenarios?, y Ron Bacardí, la Guerra Oculta.
‘Es increíble, son las mismas técnicas aplicadas en la década de 1960, el bloqueo naval o la asfixia por embargo económico, como han hecho con Cuba por más de 60 años’, recalcó.
Según Calvo Ospina, detrás de todas las medidas coercitivas de la Casa Blanca, ‘no hay más que la marcada intención de acabar con el ejemplo’.
‘Les preocupa que una nación llamada del tercer mundo se le salga de las manos y empiece a convertirse en mal ejemplo (…), utilice sus recursos en educación, salud y tierras para beneficio de las mayorías’, ratificó.
Durante 20 años de Revolución bolivariana, desarrolló más de una veintena de misiones y programas sociales en pos del mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Para el escritor colombiano, estudioso y defensor de los procesos revolucionarios en América Latina, es esa la molestia de Washington, que los países de la región se declaren soberanos en sus decisiones, independientes de sus designios.
AGRESIONES DE NUEVO TIPO
El presidente estadounidense, Donald Trump, y otros altos funcionarios de su Gobierno, aseguraron en reiteradas ocasiones ‘tener todas las opciones sobre la mesa’ respecto a Venezuela, en abierta referencia a la posibilidad de una intervención militar.
La retórica guerrerista de la administración norteamericana, supone una inminente agresión contra esta nación y su presidente constitucional.
A una interrogante de Prensa Latina sobre la posibilidad real de esas acciones, Calvo respondió que ‘ya existe una agresión armada contra el país’.
‘Basta analizar el rol desempeñado por el narcoparamilitarismo colombiano, el cual se intenta trasladar a territorio venezolano, la formación de fuerzas contrarrevolucionarias armadas, terroristas, todo ha sido parte de la estrategia norteamericana en los procesos alternativos, de liberación’, explicó. Desde el inicio de los ejercicios militares Campaña Libertadora Simón Bolívar 2019, el pasado 24 de julio, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana detuvo a 49 paramilitares colombianos e incautó casi tres mil kilogramos de drogas en la frontera, de acuerdo con fuentes oficiales.
Para el colaborador permanente de Le Monde Diplomatique, esas estrategias no son nuevas, ni exclusivas de Latinoamérica, porque también fueron aplicadas en Asia y África, donde muchos países y movimientos de liberación o socialistas sufrieron las consecuencias de esas mismas políticas.
Venezuela sufre una guerra irregular de desgaste, la cual es más efectiva que una intervención militar directa, en cuanto a capacidad de desestabilización.
Destacó como Nicaragua, con la llamada Contra, vivió ese proceso, las presentan como fuerzas opositoras a nivel internacional, como hacen ahora mismo con Venezuela.
A partir del 23 de enero, Washington decidió dar un nuevo impulso a sus aspiraciones para derrocar a Maduro y provocar el cambio de régimen utilizando la figura del diputado opositor Juan Guaidó, autoproclamado ‘presidente encargado’.
‘La llamada oposición venezolana son un grupo de personas que lucran de ser oposición, a su medida, son como en Cuba: te declaras ‘disidente’ de cualquier cosa al Estado y empiezas a recibir dinerito y halagos del extranjero’.
Pero, enfatizó, en el contexto venezolano es más delicado, porque esos tales opositores aceptaron entregar las riquezas y la soberanía de la nación.
En el pasado mes de junio el ministro de Comunicación de Venezuela, Jorge Rodríguez, denunció que Guaidó y otros dirigentes de la derecha defalcaron capital para financiar actos de desestabilización desde Colombia y otras naciones de la región.
Señaló como fueron desplazados a cuentas personales de los allegados al diputado opositor, más de 800 millones de dólares pertenecientes a la empresa Citgo, filial de la Petrolera Venezolana (Pdvsa), en Estados Unidos.
En enero pasado, Trump aprobó nuevas sanciones contra la petrolera estatal venezolana, incluido el congelamiento de siete mil millones de dólares en activos de esa filial, con una pérdida estimada de 11 mil millones de dólares de sus exportaciones durante los próximos años.
Por las mismas presiones del bloqueo, el Banco de Inglaterra anunció la confiscación ilegal de mil 359 millones de dólares en oro depositados en dicha institución bancaria.
Según Calvo Ospina, ‘por intermedio de sus poderosos medios de información y hasta con el apoyo de quienes se dicen de izquierda, crean opositores, quienes ni siquiera tienen un proyecto de nación alternativo, fuera del que se les dicta’.
Convencido de la actualidad y vigencia de su documental, el realizador insistió en que detrás de todas las acciones del presidente Donald Trump contra esta nación están los intereses económicos y sobre todo el hecho de pretender apoderarse de los recursos petroleros y mineros.
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*Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela.