Hasta la victoria Siempre!
Por Adys Cupull y Froilán González
Con palabras del Che e imagen de Amalia de Rada, ratificamos que no hay adiós cuando las huellas son imborrables.
Una generación de la rebelde y digna Bolivia ha dejado su impronta en la Historia del pueblo. Mientras transcurre el tiempo y las manecillas del reloj dan vueltas. Lo que tiene vida se transforma, pero no se extingue, perdura en las semillas sembradas en tierra buena, cuando se mantienen firmes los principios e ideales.
Con el “Hasta Siempre” del Che, recordamos también a varios inestimables amigos bolivianos, que prematuramente se han marchado. Algunos como Amalia de Rada, Marlen Uriona, Josefina Farjat, María Martha González, Roberto Arnez, Antonio Peredo y Ernesto Guzmán, entre otros. Escucharlos, era como tener un libro abierto. Sus conocimientos sobre las luchas de Bolivia y sus protagonistas, los sitúan, como referentes en la investigación histórica que realizamos sobre lo ocurrido en los últimos cincuenta años del siglo pasado. Un equipo entrañable que impregnó nuestra vida del amor por su pueblo y la tierra donde nacieron.
Amalia era la tierna, amiga de los revolucionarios, junto a su hermana Chelo, recibimos el fervor de su familia generosa. La recordamos como auténtica colaboradora del proyecto audiovisual Auca Producciones, fundada junto a nuestros hijos, Leandro y Liván, desarrollado para el serial Semillas del Ñacahuasú durante los años 2012 hasta 2018, en Bolivia, Venezuela, Perú, México y Argentina.
Estuvo en La Habana en el 2014, en una de sus visitas a nuestra casa, nos acompañó entusiasmada a la actividad cultural programada para ese día. Conversó con los niños y niñas de varias escuelas, quienes asistieron con sus maestros al encuentro y presentación de nuestro libro Con la mirada al Sur. Sobre el Comandante Ernesto Che Guevara publicado en Bolivia.
Le pedimos, que les dedicara unas palabras. Les habló de su Patria, de la solidaridad con Cuba, de Fidel y de cuando el Che era niño y adolescente, “…así como la edad de ustedes, dijo, él aparece en este libro.” Refirió que sentía emoción al verlos reunidos, interesados en leer, conocer, investigar. Elogió el apoyo de los compañeros de Cultura Municipal, por organizar el acto. Les dio las gracias. Afirmó: “El mejor amigo para un niño o niña, es un libro.”
Recordamos los hechos solidarios de cada boliviano. Sin la ayuda de ellos hubiera resultado más difícil o imposible, rescatar la Memoria Histórica de los acontecimientos de 1967. Resulta permanente la imagen de Amalia junto a su hermana Chela cuando diáfanas y seguras, nos ayudaron a resolver una difícil situación. Queríamos visitar y filmar la residencia donde vivieron los padres de Jorge Vázquez Viaña, El Loro o Bigote en la Guerrilla del Che. La residencia pertenecía a una importante familia en un barrio residencial de La Paz, se presentaron porque ellas conocieron a los antiguos propietarios, les comunicaron a los residentes que querían rememorar algunos momentos del pasado. Recibimos la colaboración necesaria de las amables propietarias.
En esa ocasión Amalia nos manifestó su sueño de ir hasta Vallegrande a rendirle homenaje al Che y a sus compañeros. Meses después realizó su sueño, y recibió un reconocimiento por su entrega a las ideas revolucionarias de su pueblo. Ella sufrió persecución, prisión, torturas, opresión y exilio en los difíciles tiempos de las férreas dictaduras. Fue solidaria con la Revolución Cubana, las de Nicaragua, y Venezuela.
Los que han partido, viven en los que continuamos la lucha. Ellos constituyeron el amparo moral de familia grande, para rescatar lo que era necesario dejar a las nuevas generaciones, como Memoria y Patrimonio de nuestros pueblos. Así los apreciamos como una gran familia, conmovida durante las presentaciones de los documentales en la ciudad de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
En el serial Semillas del Ñacahuasú, Amalia de Rada participó entre los testimonios que conformaron la semblanza del guerrillero Sabino Adriazola Veizaga, Darío, en la Guerrilla del Che, a quien ocultó y ayudó. Sobre Darío ofreció detalles de su vida y afirmó que “… fue consecuente como fueron todos los compañeros de esa gesta, con ideales firmes de amor por la humanidad.” Al final de su testimonio preguntó: ¿Qué más puedo decir? Y respondió: ¡Hasta la Victoria Siempre!