UN PROUST POLITICO PERUANO EN EL SIGLO XXI

Comentario referido a «Con la esperanza viva» Memorias de un comunista peruano

“…yo sé hacia donde vamos/ y es ésta la palabra:/ no sufras/ porque ganaremos./los más sencillos/ ganaremos,/ aunque tú no lo creas/ ganaremos”

                                                                                  Neruda

“El bien más preciado que posee el hombre es la vida. Se le otorga una sola vez y hay que vivirla de modo tal que al final  de ella no se sienta un dolor terrible por los años pasados en vano…Y para que al morir se pueda exclamar: Toda la vida y todas las fuerzas han sido entregadas a lo más hermoso del mundo,  a la lucha por la liberación de la humanidad”

                                                                       Nikolai Ostrovski

                                                                       Por WINSTON ORRILLO

Hace tiempo que no leía un libro que sobrepasara las 800 páginas.  Por eso, cuando me llegó Con la esperanza viva, de mi camarada Gustavo Espinoza Montesinos, me dije: éste, sí, vale el esfuerzo.

Porque no hubo esfuerzo alguno. Y sumergirme en sus páginas, muchas de ellas estremecedoras, fue como dar un paseo proustiano, pero insertado en la política, en la necesaria e imprescindible actividad social, que, además, resultaba como un periplo por mis propias vicisitudes: somos coetáneos: ambos vimos la luz (ensombrecida) en 1941.

De modo que fue como una suerte de viaje sicoanalítico, que me ha servido para el rescate de nombres  -y hombres-  de aquellos años pedregosos;y de ese modo volvieron( a mi ya frágil memoria) personajes como Campos Lama, Humberto Arenas, Luis Aberto Ratto, Guillermo Daly, Walter Peñaloza, Max Hernández, Gustavo Gutiérrez, Walter Palacios; y los redivivos “búfalos” apristas, como Godomar, al que recuerdo haberlo visto ingresar al patio de la Casona, cadena en mano y profiriendo alaridos que espantaban a los pajarillos que solían regodearse por allí: ¿el motivo? Interrumpir con su manada de “bárbaros atilas” una asamblea que realizábamos en el llamado Salón General. A este mismo -indeseable a todas luces, más adelante lo vi cuidando la puerta del Rectorado –Chánchez, cómo no, era el Rector- acompañado de un perro con el hocico lleno de espuma.

El libro, por otro lado muy bien escrito (porque GEM, domina a las mil maravillas nuestro común  oficio) comparte el relato del detalle, como las páginas dedicadas a los paros nacionales, a las persecuciones y torturas de los esbirros de las dictaduras y de los gobiernos pseudodemocráticos, casi siempre apoyados por el excrementicio  aprismo que, de entonces acá, ha seguido su camino cuesta abajo. Hasta llegar a los días que corren, en que es furgón de cola de esa banda de delincuentes que mal se llaman  Fuerza “Popular”, y que es el fujimorismo, que ha logrado hacer una mayoría espuria en un “Congrezoo” de verdadera antología, y que pelea por ser incluido en la borgiana “Historia Universal de la Infamia.

Numerosos héroes populares pueblan estas páginas tremendas y tremantes- como el asesinado Pedro Huillca y ese líder del andamio (como yo le llamara en uno de mis versos políticos) Isidoro Gamarra. Asimismo, con justificada relevancia, aparece el querido camarada Jorge del Prado.

Reseñas de huelgas y movilizaciones populares son iluminadas en /con estas palabras  que deberían ser leídas  en colegios y universidades, porque allí priman los deseos desmitificadores, verbi gratia, de  la pseudodemocracia del señor Belagogo, que hiciera poner en nuestros pasaportes la infamante leyenda de que ellos no eran válidos para viajar a la URSS, China Popular, Cuba y toda la comunidad socialista.

El que esto suscribe, igualmente que el autor del libro, la primera vez que fue a la Patria de Martí y Fidel , tuvo que ir hasta Madrid para que ,allí, el cónsul cubano, nos pusiera la visa, pero en página aparte para no “dañar” nuestro pasaporte “democrático”

En fin esta es la paradigmática autobiografía de un comunista peruano, de un militante integérrimo, que nos cuenta, con lujo de detalles, y con nombres y apellidos  los avatares de  la vida política  que, en su caso, comenzaron con su estancia en la benemérita Cantuta y que, hijo asimismo de un ejemplar camarada- siguió la senda vinculada a las luchas populares y a los  problemas en el Partido y en la organización de la clase obrera, todo bajo el ejemplo esclarecedor de nuestro Amauta, José Carlos Mariátegui.

Páginas luminosas son, asimismo, las de sus viajes a los países socialistas donde, además, tuvo que hacerse urgentes tratamientos médicos que, en su caso, felizmente, le devolvieron la visión, ya en peligro de perderse.

Y en Lima, fue ejemplar su conducción, entre otras,  de la lucha por la libertad de los cinco patriotas cubanos, aprehendidos por el imperio norteamierdicano

Independientemente que todo el libro se lee –debe leerse- con devoción, hay páginas que son de antología como ese artículo “A propósito de una bandera” y el editorial, inserto en el número 1 de Nuestra Bandera, publicación que impulsara y dirigiera, cuando dejó el comando de Unidad, la publicación oficial del PCP, que él asimismo condujera con particular acierto..

El volumen no ahorra darnos a conocer las vicisitudes de la militancia, y las luchas inanes dentro del Partido, de su Comisión Política, que motivaran su alejamiento de estas instancias, pero jamás de su organización política.

En fin , fueron las mejores “Fiestas Patrias” que el suscrito pasara, acompañado de la viva historia de los más de cincuenta años de huelgas y acciones heroicas que, tarde o temprano, ayudarán a alumbrar este país “triste y luminoso” (García Lorca dixit) que es el Perú de nuestras entrañas.

Cielo Gris Editores se vuelve azul esperanza con la publicación de esta obra superior.