ALBERTO FUJIMORI Y LA YAKUZA

Revelaciones / La Yakuza de Fujimori Informe revelador de los amigos japoneses del ex pr

Tomado de la REPUBLICA / Lima

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Redacción :

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25 Oct. 2003 | 14:00hMillonarios con pasado criminal, políticos corruptos, la tenebrosa mafia Yakuza. Un informe revelador de los amigos japoneses de Alberto Fujimori.

Alberto Fujimori no sólo se fijó en el dinero de los millonarios donantes sino también en sus poderosas influencias para asegurarse salvamento. Pero ocurre que entre los principales mentores nipones del ex jefe de Estado, económicos y políticos, hay personas vinculadas a la Yakuza, la red de organizaciones criminales que dominan Japón y que mantienen relaciones con agrupaciones políticas de cuya protección también disfruta Fujimori.

Escribe ÁNGEL PÁEZ
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN
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Una de las primeras tareas que le encargaron al embajador peruano en Japón, Luis Macchiavello Amoroz, cuando reasumió sus funciones el 15 de enero del 2001, casi diez años después que lo destituyó Alberto Fujimori para reemplazarlo, en un acto de soberbio nepotismo, por su cuñado Víctor Aritomi Shinto, fue identificar a las personalidades niponas que contribuían a la protección económica y política del ex jefe de Estado. Con más de una década de servicios en la tierra del Sol Naciente, Macchiavello remitió un informe secreto a la Cancillería que describe descarnadamente las oscuras relaciones que mantuvo Fujimori durante su régimen y que ahora le sirven para impedir que lo extraditen. Entre esas fuerzas que lo respaldan está la Yakuza, la temida organización criminal a la que están relacionados algunos de sus más poderosos mentores.
Lo que se creía un rumor Macchiavello lo confirma. 
El vínculo más estrecho con la mafia japonesa la tiene Fujimori por intermedio de la «Nippon Foundation», que proveyó más de 15 millones de dólares en donaciones paras las organizaciones no gubernamentales «Apenkai» y «Aken», aparte de otros 2.5 millones de dólares para financiar las campañas compulsivas de esterilización. Desde 1995, Ayako Sono, autora de libros que exaltan el ultranacionalismo nipón, dirige la fundación bajo la rigurosa férula de la presidencia Yohei Sasakawa, hijo de Ryoichi Sasakawa, un criminal de guerra que se hizo millonario debido a sus vínculos con la Yakuza. Y sin embargo construyó una reputación de filántropo con donativos destinados a países donde tenía intereses políticos y económicos. «En círculos japoneses es ampliamente conocido que el padre del actual director de la Nippon Foundation (…) estuvo fuertemente vinculado con organizaciones criminales japonesas, conocidas como Yakuza», reportó Macchiavello desde Tokio.
Sasakawa antes de fallecer en 1995 recibió hasta dos condecoraciones por parte de Fujimori, no obstante su controvertida reputación.

LA SANGRE LLAMA
Fundador del partido fascista militarizado «Kokusui Taishuto», o «Partido de Esencia Japonesa para el Pueblo», en 1931, Ryoichi Sasakawa condujo un verdadero ejército de 20 mil militantes vestidos de camisa negra que desafiantes recorrieron las principales ciudades niponas alentando al ataque de Japón contra Estados Unidos. Según la contrainteligencia militar norteamericana, el millonario «fue uno de los más activos fascistas que en 1939 viajó en su avión privado hasta Roma para entrevistarse con su ídolo Benito Mussolini, y alentó la alianza de Italia con la Alemania nazi. Además, intervino en un complot para matar al primer ministro japonés que se oponía a la guerra».
El ejército aliado capturó a Sasakawa y lo identificó como criminal de guerra en la categoría A por haber financiado con sus propia fortuna la guerra de agresión contra Estados Unidos, soliviantando a la población y liquidando a los pacifistas. Purgó carcelería hasta 1948 en que le restituyeron sus derechos y le reclamaron su aporte para la reconstrucción del diezmado Japón. Fue natural que contribuyera en el financiamiento del Partido Liberal Demócrata (PLD), la alianza de la derecha conservadora nipona que se encargó del renacimiento japonés. Como contraparte, la Asociación Japonesa de Carreras de Lanchas le consignara el juego de apuestas que le permitieron amasar una fortuna incalculable, que le facilitó la constitución de organizaciones filantrópicas como «Nippon Foundation». Por eso era conocido como «el zar de las carreras de lanchas».
Por intermedio de Ayako Sono el presidente Fujimori conoció a Ryoichi Sasakawa, pieza fundamental para obtener el respaldo del gobierno japonés, y que en retribución el mandatario lo engalanó con los mayores honores. «Durante la gestión del presidente Fujimori, en octubre de 1992, el mencionado personaje fue condecorado con la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos», informó el embajador Luis Macchiavello: «(También) se tiene entendido que, posteriormente, habría recibido (Sasakawa) la Orden del Sol del Perú en el Grado de Gran Cruz, de manos del entonces presidente Fujimori».

LAS MISMAS FICHAS
El investigador David E. Kaplan, autor de Yakuza: Japan’s Criminal Underworld (Yakuza: El Bajo Mundo Criminal del Japón) coincide con el embajador Luis Macchiavello al describir a Ryoichi Sasakawa como «el padrino de la industria multimillonaria de las carreras de lanchas que se relacionó con la Yakuza cuando estuvo preso en la cárcel de Sugamo».
Kaplan también confirma otra sospecha de Macchiavello sobre la vinculación de Fujimori con la denominada «mafia coreana», que a su vez tiene relación con Satomi Kataoka, la novia del ex jefe de Estado. Según Kaplan, «Sasakawa estaba muy relacionado con Hisayalki Machii, el jefe de la mafia coreana». 
En una reciente presentación reservada ante el Congreso, Luis Macchiavello Amoroz reveló lo siguiente: «La información confirmada que tenemos es que Fujimori sale con una señorita (…), ciertamente joven y buenamoza, que pertenece o tiene troncos familiares con la mafia coreana y Corea del Norte». 
El embajador fue más explícito para evitar confusiones: «Después de la II Guerra Mundial, cuando Japón forzó a una gran cantidad de coreanos a trabajar en Japón, gran parte regresó a Corea pero muchos se quedaron en Japón, más o menos medio millón de coreanos. Unos tomaron la bandera de Corea del Norte y otros la de Corea del Sur. Japón nunca les reconoció la ciudadanía japonesa a los que se quedaron. Sin embargo, en los últimos años consiguieron otro estatus cambiando sus nombres coreanos por japoneses. Entre esa gente, como en todas partes del mundo, hay buenos y malos. De los malos han aparecido las mafias, por eso se les llama ‘mafia coreana'».
Preguntado sobre la relación exacta entre Satomi Kataoka y la «mafia coreana», Macchiavello hizo una revelación: «Antes de salir con Fujimori, esa señorita salía con una persona que pertenece a la Yamagushi Gumi (una de las tres más importantes organizaciones criminales de Japón), que es la mafia coreana que funciona en Tokio, y el padre de la señorita es dueño de una cadena de hoteles (Princess Garden) que habría sido financiada con fondos de dudosa procedencia».

TODOS IGUALES
Otra organización filantrópica del multimillonario Ryoichi Sasakawa, «The Sasakawa Peace Foundation» (SPF), también contribuyó con donaciones al régimen de Fujimori. El ocho de noviembre de 1993 aportó 3 millones de dólares. De acuerdo con el reporte del embajador Macchiavello, la SPF «está asociada al grupo de la ‘Nippon Foundation’, establecida en 1986 (…) con el apoyo de la ‘Ship and Ocean Foundation’ y la ‘Japanese Motorboat Racing Industry'».
Otro de los donantes amigos de Fujimori, y protectores políticos de éste en Japón, son los titulares de la «Foundation Sagawa International Economic Cooperation», cuyo presidente es Masao Shimizu y directora Hiroko Kikuchi. La fundación es parte del Grupo Sagawa Express, un poderoso conglomerado que alcanza los ámbitos del transporte aéreo, mecánica automotriz especializada, seguros industriales y publicidad, entre otros rubros. 
Pero ofrecer filantropía no garantiza la santidad.
El embajador Macchiavello informó a la Cancillería peruana, en abril del 2001, que un escándalo político y financiero destapó las vinculaciones mafiosas del grupo Sagawa. «Hiroyasu Watanabe, ex presidente de una de las compañías del grupo (…), llamada ‘Tokyo Sagawa Kyubin Co.», fue hallado culpable de causar pérdidas a la empresa debido a ciertos negocios ilícitos con organizaciones irregulares y también, en gran medida, por tráfico de influencias políticas», relató Macchiavello: «Durante su defensa, Watanabe reveló los lazos del Grupo Sagawa con organizaciones criminales, así como su vinculación con eminentes miembros de la comunidad política nipona».
La prensa japonesa reveló que Watanabe abonó millones de dólares a la organización criminal Inagawa-kai que encabezó Susumu Ishii, quien, según el investigador Bertil Lintner, autor de Blood Brother: The Criminal Underworld of Asia (Hermanos de sangre: El Bajo Mundo Criminal en Asia), lidera también un grupo de 7 mil hombres de la Yakuza en Tokio. 
Por eso, cuando Ayako Sono aloja en su residencia a Fujimori a los pocos días que éste huyó del Perú y se refugió en Japón, lo hace con la convicción de que se trata de uno de los suyos. Es la hermandad de sangre de los bajos fondos.