Por guerrasimbolica |
La ONU ha presentado en Nairobi (Kenia), durante la IV Asamblea del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), un extenso informe de 740 páginas, «Perspectivas del medio ambiente mundial» (GEO, en sus siglas en inglés), cuyas conclusiones con respecto al futuro de la Tierra no son nada positivas. Un informe que comienza a considerase histórico por su amplitud y sus conclusiones.
El informe de la ONU ha sido desarrollado durante seis años de recopilación de información por parte de 250 científicos de 70 países, y en él se describe un abismo creciente entre países pobres y ricos: el exceso de consumo, la contaminación y el desperdicio de alimentos en el mundo desarrollado conduce al hambre, la pobreza y la enfermedad a otros lugares de rentas más bajas.
Se mire por donde se mire, el informe arroja datos nada positivos sobre el devenir del planeta: los Estados del mundo no están cumpliendo, ni se encuentran en el camino de poder hacerlo, los principales tratados ambientales, por lo que la ONU advierte de un severo cambio o las consecuencias se acercarán a lo catastrófico en cuestiones medioambientales y, por extensión, humanas. El cambio climático se sitúa en el epicentro del problema. Pero no solo. La considerable reducción de agua potable, la contaminación del aire, la presencia cada vez más apremiante de plásticos en océanos y en mares, los cambios de ecosistemas, el derretimiento de los polos o la sobrepesca, son otros temas alarmantes que, aunque se puedan relacionar de una manera u otra con el cambio climático, han producido una situación que la ONU considerada alarmante dentro, además, de la previsión de sobrepoblación para el año 2050: 10.000 millones de personas frente a los 7.500 millones actuales.
Por ejemplo, la ONU estima que una cuarta parte de las muertas y enfermedades prematuras que se producen en la actualidad se deben a la contaminación provocada por el hombre y al daño medioambiental. Las emisiones que crean nieblas químicas y que contaminan el agua y la aceleración de la destrucción de ecosistemas que son cruciales para la vida de miles de millones de personas están provocando una problemática en torno a la salud que, a su vez, obstaculiza el crecimiento de la economía mundial.
Desde el primer informe, elaborado en 1997, la ONU ha comprobado un paulatino deterioro del planeta que conlleva que no se esté en condiciones de cumplir las metas fijadas para 2030 y 2050 en los tratados internacionales sobre cambio climático, desarrollo sostenible y protección medioambiental. Según el informe, las medidas, o avanzan con demasiada lentitud para conseguir cumplir con los objetivos de esas fechas, o, incluso, no se están poniendo en prácticas las medidas correspondientes y, por tanto, se están encaminando hacia una dirección opuesta. A este respecto, el informe declara que «la incapacidad constante para adoptar medidas urgentes está teniendo repercusiones negativas sostenidas y potencialmente irreversibles sobre los recursos ambientales esenciales y la salud humana”.
A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando en medio de una gran cantidad de sequías, inundaciones y grandes tormentas, empeoradas por el aumento del nivel del mar, existe un creciente consenso político de que el cambio climático representa un riesgo futuro para miles de millones. Por eso en 2015 los líderes mundiales llegaron al Acuerdo Climático de París, en el que las naciones involucradas prometieron acciones para reducir las emisiones en un intento por limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados. Sin embargo, hay problemáticas como los impactos en la salud de la contaminación, la deforestación y la cadena alimenticia mecanizada, que no poseen acuerdos tan específicos, causas de una emergencia sanitaria creciente. Estas condiciones medioambientales han provocaron 9 millones de muertes en todo el mundo. La contaminación del aire causa entre 6 y 7 millones de muertes prematuras al año.
La falta de acceso a suministro de agua limpia provoca que cada año mueran 1.4 millones de personas debido a enfermedad, por otro lado prevenibles, como la diarrea o a parásitos producto de un saneamiento deficiente. Un problema que desde Fundación Aquae se combate a través del proyecto «Agua para la Amazonía Peruana»:
Otra previsión del informe apunta a que en tres décadas la principal causa de muerte natural será «las superbacterias», los patógenos multirresistentes a los antibióticos. Las bacterias inmunes a los tratamientos, un problema que se extiende cada vez más por el exceso de medicación inadecuada en humanos y ganado. Pero también tiene parte de su origen en el daño ambiental debido a la cantidad de restos de productos bioquímicos que llegan al medio, por ejemplo, en vertidos al agua.
Por último, el deshielo de la región ártica, debido al calentamiento global, es una situación problemática a la que el informe ha prestado mucha atención, dado que produce una mayor emisión de gases de efecto invernadero, acidificación de los océanos y provoca un aumento de la contaminación marítima con el consecuente impacto en el ecosistema de los mares y de los océanos y, por extensión, en la pesca.
El informe ha venido acompañado de una carta dirigida a los responsables políticos de la cual se puede rescatar la siguiente frase:
«Se necesita una acción urgente a una escala sin precedentes para detener y revertir esta situación«.
Fuente: Publicado el 14/03/2019 en https://www.fundacionaquae.org/actualidad/la-onu-alerta-de-una-catastrofe-medioambiental-en-2050/
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