PORTUGAL CELEBRA 45 AÑOS DE REVOLUCION DE LOS CLAVELES

Por Glenda Arcia

La Habana, 25 abr (Prensa Latina)

Con un acto solemne en la Asamblea de la República y numerosas actividades en todo el país, Portugal celebra hoy los 45 años de la Revolución de los Claveles, la cual puso fin a casi medio siglo de dictadura.

Con flores rojas y las notas de Grandola, Villa Morena- del músico y compositor José Afonso-, ciudadanos y políticos rememoraron los sucesos del 24 de abril de 1974, cuando tuvo lugar un levantamiento sin precedentes, organizado por oficiales descontentos y respaldado por miles de portugueses cansados del silencio, las torturas y la explotación.

La Revolución trajo libertad y esperanza a Portugal y demostró que la lucha del pueblo es imprescindible para una verdadera transformación social, aseguró la diputada Diana Ferreira al intervenir a nombre del Partido Comunista (PCP) en el acto celebrado en el Parlamento.

Fue un momento sin igual en nuestra historia y todavía hoy tiene un enorme significado por todo lo que derribó y construyó, señaló.

Asimismo, aseveró que la mejor manera de conmemorar esa gesta es ‘no olvidar jamás los tenebrosos 48 años de la dictadura fascista’ de António de Oliveira Salazar (1889-1970) y su sucesor Marcelo Caetano (1906-1980).

‘El fascismo existió. Sembró pobreza, hambre, miseria, analfabetismo y enfermedad. Impuso el trabajo infantil y sometió a las mujeres. Instauró la corrupción política del Estado, censuró, oprimió y creó el campo de concentración de Tarrafal’, afirmó Ferreira.

Además, aseguró que fue la rebelión de abril, con su acción libertadora, la que puso fin a ese tiempo de terror y trajo esperanza y fuerza para transformar ese país.

Siempre recordaremos eso y no olvidaremos el papel del PCP, de algunos demócratas y de los resistentes antifascistas en la lucha contra la dictadura, indicó.

La diputada afirmó que la Revolución de los Claveles no es solo un día, sino el resultado de décadas de esfuerzo de quienes siempre creyeron que Portugal no podía vivir amordazado, ni su pueblo oprimido.

En 1974, esta nación se encontraba al borde de un abismo debido a las políticas defendidas durante el llamado Estado Novo por Salazar, quien en 1926 había sido nombrado titular de Finanzas y desde 1932 se desempeñaba como primer ministro.

Su largo período al frente del país se caracterizó por el autoritarismo, la represión y el asesinato de los contrarios a su administración, la prohibición del sindicalismo, de la militancia en formaciones opositoras y de las libertades fundamentales.

Desde su llegada al poder, defendió un régimen totalitarista, que mantenía vínculos con la Alemania nazi y el franquismo, pero también coqueteaba con Estados Unidos y los aliados e ingresó a la Organización del Tratado del Atlántico Norte en 1949.

Pese al rechazo de la población portuguesa y de la comunidad internacional, insistía en mantener el colonialismo y optó por la guerra como vía para acabar con los movimientos independentistas en naciones como Guinea Bissau, Angola y Mozambique.

Incapacitado por problemas de salud, Salazar fue sustituido por Marcelo Caetano, quien asumió el poder en 1968.

Luego de 48 años de dictadura, en Portugal predominaba la desigualdad social, la pobreza y el descontento por las guerras en el continente africano.

En ese contexto, el 25 de abril de 1974, oficiales portugueses agrupados en el Movimiento de las Fuerzas Armadas decidieron poner fin al Estado Novo y tomaron las principales calles e instituciones del país.

Pese a la petición realizada a los ciudadanos de permanecer en sus hogares, miles de ellos respaldaron la sublevación militar y el golpe se convirtió en Revolución.

Durante las acciones de ese día, la joven Celeste Caeiro regaló unos claveles que llevaba a varios oficiales, quienes los colocaron en sus fusiles.

El gesto fue repetido por otras personas y se convirtió en símbolo de las intenciones de paz de la movilización que puso fin a la dictadura y a la guerra colonial en África, restauró la democracia en Portugal y dio paso a un importante proceso de transformación social.

Pese a su corta duración y a las crisis enfrentadas posteriormente, la Revolución de los Claveles es considerada un ejemplo de patriotismo y una muestra de lo que pueden llegar a conseguir los pueblos cuando luchan.

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