FELIPE PINGLO Y JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

Por Darío Mejía, Melbourne-Australia

Un día como hoy, el 16 de abril de 1930, falleció el escritor, periodista y pensador político peruano José Carlos Mariátegui, quien vivió un tiempo en los Barrios Altos de Lima, aunque su relación con el tradicional barrio limeño ha pasado desapercibida, a excepción de unos encuentros que tuvo con el bardo criollo barrioaltino Felipe Pinglo.

Al igual que muchos, Felipe Pinglo se sintió influenciado por los intelectuales de su época, como es el caso de José Carlos Mariátegui y Leonidas Yerovi. A Yerovi lo admiraba tanto que hasta le dedicó una de sus composiciones y, según el cronista Gonzalo Toledo, a Mariátegui lo solía visitar en la calle Sequión de los Barrios Altos, llamada también calle del Acequión, actual calle Huari, en el No. 271 (Felipe Pinglo, varios autores, publicación del Club Tennis Las Terrazas, Lima 1995). Allí Pinglo le mostró algunas de sus composiciones, pero no se sabe nada más sobre la relación entre ellos; aunque recuerdo haber leído que Mariátegui no prestaba mucha atención a lo que Pinglo le enseñaba. Tal vez porque pensaba que ésa no era la manera de llegar al pueblo y sus problemas.

Esos encuentros de Felipe Pinglo con José Carlos Mariátegui, en los Barrios Altos, se llevaron a cabo cuando Mariátegui regresó de Europa, en los años 20 del siglo pasado. Esto le fue contado a Gonzalo Toledo por el escultor ancashino Artemio Ocaña y el hijo del Amauta, Segisfredo Mariátegui, se lo confirmó. Gonzalo Toledo da a entender que José Carlos Mariátegui vivió en la dirección aquella de los Barrios Altos, donde Pinglo lo visitaba.

A mi parecer, las composiciones que Pinglo le enseñó a Mariátegui fueron las de amor, por ello Mariátegui no le prestaba mucha atención. Esto lo sostengo en base a que Mariátegui falleció el 16 de abril de 1930 y durante la década de los 20 Pinglo no componía todavía sus canciones de contenido social. Fue en sus últimos años de vida, los años 30 del siglo pasado, en que Pinglo empezó a crear canciones de contenido social, después de la muerte de Mariátegui.

Si tan sólo José Carlos Mariátegui hubiese vivido unos años más, para poder apreciar «El Plebeyo», «Pobre obrerita», «El canillita», «Mendicidad» y «La oración del labriego», tal vez él mismo se hubiese acercado, esta vez, al Maestro y filósofo del cancionero popular.

Dario Mejia, Melbourne, Australia, Escrito el 16 de Abril de 2015
Nota: Foto de José Carlos Mariátegui cuando tenía 21 años, que fue extraída de la revista Variedades No. 396, del 2 de octubre de 1915.