Lima, 18 abr (Prensa Latina)
Un dirigente del Partido Aprista, del suicida expresidente de Perú, Alan García, llamó hoy a sus compañeros a abstenerse de culpar a otros de la extrema decisión de su líder y a dar paso a una autocrítica.
Carlos Roca, parlamentario y ministro en el primer gobierno de García (1985-90), discrepó abiertamente de declaraciones de otros dirigentes y militantes apristas que culpan de la muerte de su líder a un alegado acoso judicial, político y mediático y al presidente Martín Vizcarra.
‘No hagamos culpables a nuestros adversarios de la decisión de Alan García’, dijo, a tiempo de exhortar a los apristas a analizar lo sucedido y hacer una autocrítica del partido.
Adelantó que no se puede negar que funcionarios apristas incurrieron en corrupción bajo los dos gobiernos de García (1985-90 y 2006-11). Nunca más funcionarios corruptos, dijo.
Roca, quien militó junto a García desde la adolescencia, discrepó también de parlamentarios apristas y otros neoliberales, así como medios de prensa afines, que planten que, ante la tragedia, se modere la lucha contra la corrupción porque habría llegado a excesos.
La lucha contra la corrupción no debe detenerse, debe continuar, aseveró el dirigente, al plantear que debe erradicarse la cultura del soborno, extendida en la población, y señalar que los partidos deben formar a sus militantes en valores morales.
De otro lado, el analista Gustavo Espinoza comentó que ‘nadie en su sano juicio, podría decir que Alan García fue víctima de una persecución. Ni que los cargos en su contra en su contra fueron motivados por razones de orden político’.
Los cargos contra García, apuntó, no tenían ninguna connotación ideológica ni política, pues ‘eran acusaciones puntuales derivadas de su gestión gubernativa, del uso de fondos del Estado y de recepción de dineros del exterior obtenido en forma dolosa e ilegal’.
Âá Espinoza agregó que la detención del exgobernante ‘era esperada hacía mucho tiempo’ pues pesaban contra él acusacionessimilares que las que llevaron a prisión al expresidente Ollanta Humala, mantienen presa a la dirigente neoliberal Keiko Fujimori y llevaron a la detención de otro exmandatario, Pedro Pablo Kuczynski.
Sostuvo que Garcíase se suicidó por su certeza de la validez de las acusaciones en su contra y la seguridad que en cada caso existían pruebas incontestables, por un supuesto sentimiento de culpa por las matanzas perpetradas en su primer gobierno y por el temor a verse recluido en prisión.
‘Sería un grave error de percepción el considerar que las circunstancias de su muerte, borren la responsabilidad de sus acciones’, sentenció.
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