EL FRACASO DE MORENO EN EL PAÍS DEL GUAYAS

LA MUERTE RONDA LAS CALLES DE ECUADOR

De seguro que en estos momentos le estará pesando en el alma a Lenín Moreno, haber echado de su país a los médicos cubanos simplemente porque así se lo exigió el imperio.

Y le pesará aún más haber recortado el gasto público en el sistema de salud por exigencia del FMI para recibir el préstamo de 10 mil millones de dolares (2019), que desencadenó en una oleada de protestas a nivel nacional, al cual tuvo que contenerlas con estado de emergencia y toques de queda.

Y si bien logró apaciguar las exigencias de la población, deteniendo el alza de los combustibles, los servicios sociales – sobre todo del sector salud – quedaron gravemente dañados.

Hoy Ecuador vive una tragedia sin nombre. Los muertos suman por centenas a causa del Covid-19, y muchos de ellos son abandonados en las calles por sus propios familiares.

Algunos de estos cadáveres incluso han sido cremados caseramente en las vías públicas en un intento fallido por contener la propagación del mortal virus.

Frente al total abandono por las autoridades sanitarias y de cualquier otra índole, el primitivismo se va apoderando de las ciudades.

Las cifras de infectados y muertos que da el gobierno no se condice con la realidad. Señalan que hasta el momento solo tienen 2,302 infectados y 79 muertos, pero, la realidad que muestran los medios informativos y las redes sociales es otra.

Claramente el gobierno de Lenín Moreno miente. ¿Y por qué miente? Porque sencillamente si dice la verdad sobre las trágicas consecuencias del Covid-19 en su país, estaría reconociendo el fracaso total de sus políticas públicas. Así de simple.

La situación sanitaria es tan caótica y dantesca en el país vecino que recién se están habilitando más morgues y un nuevo cementerio en la ciudad de Guayaquil, que es la ciudad que más muertos tiene a causa del coronavirus.

Y mientras los cadáveres se apilan por montones en las instalaciones de los hospitales y centros asistenciales, la gente en las calles gritan a todo pulmón: “¡Sólo queremos que nos devuelvan los cuerpos, para darles cristiana sepultura!”