EL VALOR DE UNA SONRISA

Por María Inés Álvarez Garay (*)

¨Todo lo que hacemos en esos países es debido a nuestro capital humano, con virtudes éticas, y el espíritu de sacrificio necesarios, ese capital del que tanto carece el imperio y del que tanto ha creado y acumulado nuestro pueblo revolucionario, por ello nada ni nadie lo podrá ya vencer¨

                                                                                     Fidel Castro Ruz.

Rosa María Núñez Tamayo, Lic. en Enfermería, Especialista de primer grado en Materno Infantil, perfil Neonatología. Llega a Gambia en 2017, es ubicada en el Hospital Nacional Docente Edward Francis en Banjul capital de este país, el más pequeño de este continente africano, pero con un corazón alegre a pesar de las dificultades.

Hace pocos días cuando la licenciada Ana María, como de costumbre, bien temprano en la mañana, salió para su trabajo no tenía la más remota idea que la aguardaba, casi al final de su jornada laboral una muy grata sorpresa.

Esta joven enfermera tiene dos grandes amores, su familia y su profesión que la empalaga, trabajar con neonatos es su pasión, atenderlos con esmero y recuperarlos de sus dolencias y sufrimientos la inundan de una, casi inexplicable, emoción.

Ese día transcurrió como todos, mucho trabajo, y mucho cariño que dar a estas criaturitas y sus mamás que miran esperanzadas y seguras de la atención médica que reciben de estos afectuosos, jocosos, afables y tan profesionales médicos y enfermeras cubanas.

Ya casi cuando se disponía a regresar a su casa en el edificio del Mármol negro, como todos le llaman, entró por la puerta de la sala una señora con una preciosa niña en sus brazos, cual fue la sorpresa de Ana María al reconocer a Aminata, aquella pequeña que con sólo 15 días de nacida llegó al hospital remitida de un centro de salud ubicado en una de las regiones del interior de Gambia, en el año 2018.

Aminata fue un parto pretérmino, bajo peso al nacer, cuando llegó al hospital presentaba vómitos, dificultad para ganar peso, malnutrida, deshidratada, signos de CIUR y síndrome de Down, una condición general inestable, además de presentar un abdomen distendido, timpánico, llanto excesivo, posiblemente causado por dolor, hiperperistalsis intestinal, e intestinos visibles a través de la piel lo que indicaba un diagnóstico clínico de obstrucción intestinal.

Fue atendida de inmediato por la Dra Celina Dialis especialista de primer grado en Pediatría., con la asistencia de la enfermera Rosa María, e interconsultada por los cirujanos Dra. Annia Ramos y Dr. Luis Vázquez, después de un riguroso examen médico y suficientes exámenes y pruebas de laboratorio se diagnosticaron malformaciones congénitas digestivas múltiples, una atresia duodenal con un páncreas anular. indicando tratamiento quirúrgico.

Aquí tuvimos el problema más serio, por las costumbres y características de la cultura de este pueblo la madre se negó a la operación, se perdió mucho tiempo, dándole tratamiento psicológico y explicándole en detalles la necesidad de este proceder médico para salvar la vida del bebé, sin su consentimiento, sabemos no se puede hacer nada, la bebé siguió empeorando su condición de salud y ya en

estado muy delicado la madre accedió.

La bebita fue operada por estos maravillosos jóvenes doctores con la técnica de Kimura, la más indicada en estos casos, recibió alimentación por vía parenteral durante su recuperación.

La tuvieron en la sala casi más de un mes, dedicaron largas horas de atención esmerada, de dedicación, de cuidados extremos, Aminata se había convertido en un bello reto para aquel equipo de profesionales de la salud cubanos y al mismo tiempo ya era casi el bebé de esta familia cubana.

Gracias Fidel por esa maravillosa idea humana, desinteresada de prestar tus joyas más preciadas al mundo necesitado, gracias a ti Fidel allí estaban estos valerosos guerreros para salvar la vida de esta niña que llegó al mismo lugar donde le salvaron su vida, dos años después con su madre a agradecerles su vida.

Aminata con sus dos añitos es una niña saludable llena de inocentes deseos y esperanzas. Su madre satisfecha y feliz muestra una sonrisa que no tiene precio, pero si un valor incalculable para estos combatientes pacíficos por la salud y el mejoramiento humano.

¡Adelante queridas enfermeras, abanderadas del honor de la patria, heraldos de la salud y la vida, vencedoras de la muerte, campeonas olímpicas del verdadero humanismo, que señalan el camino del mundo del mañana, sin explotación, sin saqueo, sin el genocidio de un orden económico y político mundial injusto que mata cada año de enfermedad y hambre a millones de niños y adultos!

Demostremos lo que hoy es Cuba. Esa Cuba cuyo pueblo ha sabido resistir el bloqueo, la hostilidad y las agresiones del más poderoso imperio que jamás ha existido, esa Cuba cuyo pueblo supo proclamar y reitera que es preferible perder la vida a perder la patria, la justicia y la libertad que únicamente el socialismo puede hoy encarnar y defender. Un pueblo que prometió vencer y vencerá.

(*) Colaboradora y profesora de la Brigada Médica Cubana en Gambia